GETAFE/Tribuna con acento (28/02/2020) – Andalucía celebra el 28 de febrero el día de la Comunidad. Se recuerda que la ciudadanía ganó el referéndum de autonomía, pero la ley le negó esa victoria al no ganar el SI en una de sus provincias. A pesar de esa derrota victoriosa, Andalucía es hoy una comunidad más, de plenos derechos, dentro del lógico y asimétrico entramado legislativo autonómico. Después de más de cuarenta años del estado autonómico, éste se ha consolidado y ha logrado que cale un sentimiento identitario en las distintas comunidades. No hacía falta un marco legal para que los andaluces ya sintieran esa identidad desde mucho antes del 78. En ese sentido, el 28 de Febrero solo sirvió (y no es poco) para que el pueblo dijera “somos un pueblo, somos un ser y un sentir, somos andaluces”. Españoles y andaluces sin jerarquías ni dependencias geométricas o gramaticales.
Más allá de eso ¿Qué hay que celebrar? Andalucía (otra paradoja) gobernada «por la izquierda» hasta hace dos años, no ha logrado acortar las distancias que le separan de otras comunidades en niveles de bienestar, empleo o renta per capita. Al revés, sigue retrocediendo. Junto a Melilla y Extremadura conforman el vagón de cola de los parámetros económicos y sociales del mapa autonómico español. Después de 40 años más de la mitad de ellos gobernados «por la izquierda» también a nivel del estado, el auténtico corona-virus de la sociedad española en su conjunto es la DESIGUALDAD, la creciente y lacerante desigualdad entre comunidades, entre ricos y pobres, entre empleadores y empleados, entre latifundistas y jornaleros, entre las ciudades y las periferias.
En todas sus manifestaciones, el virus de la desigualdad muestra en Andalucía sus efectos más dolorosos.
Hay una esperanza de que este nuevo gobierno de coalición pueda empezar a corregir estos efectos. Pero inicialmente, parece que, aprobar los Presupuestos Generales del Estado va a exigir entregar más recursos a las comunidades que menos lo necesitan.
El actual gobierno autonómico del PP-CS + VOX no va a hacer muchos esfuerzos (más bien al contrario) en combatir las desigualdades en Andalucía. ¿Tendrán los andaluces que esperar cuarenta años más?
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