GETAFE/Rincón Psicológico (30/01/2020) – ¿Y si nos dijeran? Doctor quiero morirme… acudo a consulta para que me acompañe en el proceso.
Son estos los casos que muchas veces recibimos en consulta, depresiones severas graves o depresiones acontecidas por un momento vital de gran importancia que el sujeto no puede sostener y no cuenta con las herramientas adecuadas o el entorno social adecuado para poder salir adelante.
De muchos es conocido el término de “muerte digna” y muchos de nuestros familiares, conocidos o amigos en algún momento de su existencia han oído hablar de este término y cada vez es más frecuente que acudan a consulta a informarse de ello.
No debemos confundir términos como suicidio, intento de suicidio, muerte digna o testamento vital.
Estos términos deben ser manejados por los terapeutas con su debida precisión para proceder a la información a cada uno de los pacientes y poderles derivar en su caso a asociaciones o fundaciones especializadas en ello.
Hace tiempo que vengo colaborando con la Fundación Anaed una fundación especializada en depresión, una fundación donde acompañamos a personas con depresión, donde analizamos y evaluamos su estado y acompañamos desde el lugar que como profesionales podemos ofrecerles.
Algunas de estas personas a las que acompañamos nos hablan de esta palabra tabú para muchos “muerte” y que con diferentes herramientas tratamos de acompañar.
Si es cierto que no podemos olvidar la importancia relevante del papel del psiquiatra en cada uno de estos acontecimientos, el psiquiatra es el que pautará la medicación necesaria para poder salir de esa “ visión de túnel” de la que hablamos a nuestros pacientes y de esta forma poder entrar nosotros como profesionales, la familia como acompañantes y el entorno como apoyo vital.
Muchos de los casos que recibimos se solidifican desde esta triada , familia, psiquiatría y psicología muchos de los casos graves quizás requieran un protocolo estandarizado de ingreso hospitalario que en la medida de lo posible suele ser temporal, intentamos que una vez más esta palabra tabú ”ingreso” sea manejada de una forma saludable donde el paciente comprenda es una forma de aliviar de su dolor interno hasta que la medicación comience a hacer su efecto y de esta forma el psicólogo pueda intervenir.
Muchas veces se considera el deseo del paciente en salir adelante ya es suficiente y así es, sin esa motivación, sin ese anhelo y sin ese deseo el paciente no tendría impulso en poder decidir “quiero estar mejor” pero este deseo no es suficiente sin el apoyo familiar y del equipo interdisciplinar que acompañará todo el proceso.
Hoy quería reflejar a través de estas líneas este trabajo en equipo que muchas veces desde el rol de familia se nos olvida por agotamiento, desesperación, falta de control, así nos lo comentan las familias llegando a una situación límite rompiendo a llorar en consulta.
Hoy contamos con equipos interdisciplinares que al unísono conversan, plantean, replantean, movimientos, situaciones para que ante todo no se nos olvide que en nuestras consultas se sientan personas y familiares con un gran dolor intrínseco de frustración y desesperación y que nuestra labor es acompañar el camino para que el sostén sea más fácil y cómodo.
A todos ellos gracias porque cada vez contamos con más comunicación en una misma vía hacia el acompañamiento familiar y del paciente.