Por Mónica Ureta, psicóloga del hospital Vithas Madrid y Asociación de Getafe el 6 noviembre, 2019@GetafeCapital
GETAFE/Rincón psicológico (06/11/2019) – Llevamos unos años en la era de esta epidemia de enfermedad, de este diagnóstico donde se nos eriza el cuerpo y alma porque en cada uno de nuestros entornos ya sea familiar, de amigos o de compañeros de trabajo a alguien “le ha tocado”.
Queremos ofrecer los mejores consejos y a la vez nos sale ese instinto de “miedo” de no saber si estaremos diciendo lo adecuado. Frases como “bueno ahora la enfermedad ha avanzado”, “sé valiente”, “ya verás como en nada habrá pasado” son frases que nos resuenan y vamos diciendo a cada uno de nuestros amigos o conocidos que nos hablan de esta enfermedad donde el mero hecho de pronunciar la palabra nos atrapa.
Yo lo asemejo a esa frase hecha en cada tanatorio al que vamos donde por inercia nos sale “ lo siento” , esa frase hecha, controvertida y a la vez “sin mucho sentido”, pero si con mucha intencionalidad de estarpara con el otro acompañándole .
Estos días han aparecido en mis sesiones pacientes con diagnóstico de cáncer y otros en que nuestra terapia de estos días ha dado un giro radical por haber sido diagnosticados de esta enfermedad. Aunque no es la pretensión en este artículo ahondar en relación a cómo llevar una sesión de terapia cuando alguien acude a sesión con este diagnóstico, si me gustaría resaltar una serie de pinceladas sobre puntos que considero relevantes a la hora del tratamiento:
Lo primero a tener en cuenta como valoración seria determinar el ESTILO DEAFRONTAMIENTO del paciente, es decir, cuáles son los recursosen los que el paciente puede apoyarse, o se apoya, ante situaciones acontecidas a lo largo de su historia de vida, que han sido complicadas y de vital importancia. Dichos recursos pueden ser reuniones con los amigos, hacer deporte, acudir a terapia, realizar talleres de pintura, danza o, incluso, el trabajo, si este le gratifica emocionalmente. Cada uno de nosotros disponemos de una serie de recursos propios que hemos de poner a disposición. Este es un buen momento para explorar los mismos y hacer un buen uso de ellos.
Otro tema a plantear son los MIEDOS que aparecen ante la inminencia del diagnóstico. No es lo habitual que el paciente hable de la muerte como miedo primordial, este irá apareciendo a lo largo de las sesiones… si solemos encontrarnos el miedo a sufrir, a los dolores, a cómo se lo tomará la familia, los hijos, etc. Estos miedos suelen enmascarar el miedo principal de la muerte y a la incertidumbre de que sucederá.
Lo tercero, relevante a plantear, será experimentar vivir el cáncer desde un PROCESO ADAPTATIVO y vivirlo desde la naturalidad. Este punto suele ser bastante complejo por el trasfondo del mismo. No obstante aprender a CONVIVIR con el cáncer nos hará recolocarnos y liberarnos de una pesada “carga” donde palabras como valentía, lucha serán desterradas y sustituidas por ADAPTACIÓN.