96 ingredientes de cercanía en la nueva carta del Miranda

GETAFE/Varios (08/11/2019) – Abrir la puerta del Miranda Cocktail Bar, en la Calle Huertas 29, corazón del centro madrileño, es hacerlo a todo un templo de las mezclas a cuyo frente está Santi Dorado. El reto de su nueva carta, además, es darle una segunda vida útil a ingredientes que se desechan, sin necesidad de cítricos o azúcares industriales que balanceen los cócteles que salen de la carta para conquistar los paladares más atrevidos.

“El proyecto de Miranda 2.0 nace de la idea de evolucionar un local con años de historia. Aunque se busca respetar los orígenes, también es necesario llevar la evolución de la coctelería a un plano diferente para el disfrute de nuestros clientes.  Sacaremos un menú por año y una carta semanal. Buscamos hacer un concepto  innovador y conjunto con nuestra cocina y divertirnos en nuestro laboratorio creando ingredientes para sorprender. Se trata de encontrar el equilibrio entre nuestra gastronomía y nuestra carta de cócteles”, explican desde detrás de la barra.

El nuevo menú que presenta tiene 96 ingredientes artesanos basados en los ingredientes de cercanía de los proveedores locales y que se complementan en la coctelera con más de seis tipologías diferentes de hielo.

Uno de los más llamativos y de los que más éxito se augura tiene como firma a Abejas, proveedor ecocolmenas, quienes facilitan la miel, miel cristalizada, polen, panal y cera de abeja , ingredientes con los que, desde  Miranda Cocktail Bar, se hacen preparaciones diversas como el whisky de polen de abeja gracias al envejecimiento en una botella de cera de abeja del licor.

El verdadero aprovechamiento del plátano de Canarias

De un plátano, en las cocinas del Miranda Cocktail Bar se aprovecha todo. Se cocina el propio fruto con aceite de coco para darle sabor a un ron al que se le marida con aceite de coco y plátano. Con el sólido del plátano, al fermentarlo, consiguen vinagre e, incluso, la decoración del propio cóctel en sí. La cáscara también es útil porque se cuece para conseguir el agua que se usa en los zumos de cítricos.

“Nuestro objetivo es generar la menor cantidad de residuos posible, por eso aprovechamos lo máximo de nuestros productos, desde el jugo, hasta la cáscara”, explican. Así, el compromiso también medioambiental se hace patente con la práctica. “Llevamos un año entero trabajando en la mejora de equipo e instalaciones, para ir hacia un proyecto a medio plazo para llegar a una una experiencia sensorial muy de la mano con la cocina y tecnología”.

 

 

Redacción Getafe Capital