GETAFE/La voz de la experiencia (24/10/2019) – Según los que más entienden de esto, los bancos suizos, en España, ha aumentado considerablemente el número de ricos en el último año. Esto que podría ser motivo de alegría, como cuando le toca la lotería a un conocido, no está tan claro si lo analizamos junto a otros estudios que nos dicen que también han aumentado el número de familias en riesgo de exclusión social, los niños con pobreza severa y las personas sin techo que malviven y malduermen en las calles, y todo ello tiene una relación directa con el aumento de las desigualdades.
Las desigualdades en gran medida, son las responsables de muchos de los acontecimientos violentos y lamentables, que estos días nos cuenta la prensa y la televisión, que están teniendo lugar en varios países de Centro y Latino- América, grandes cantidades de población con una precariedad que no les permite económicamente mantener una vida mínimamente digna para ellos y sus hijos, han terminado por sublevarse, y esto es muy preocupante para ellos y para el mundo.
No pretendo comparar esos casos con España, afortunadamente, pero sí puedo asegurar que en general, a mayor desigualdad, mayor inestabilidad, el vaso no se rebosa por las primeras gotas, pero si las gotas siguen cayendo, o se para o termina por rebosar, y a poco que reflexionemos sobre los problemas que pueden originarse por el aumento de las desigualdades, son muchísimos y muy complejos, pero suele darse que a la vez que aumentan los ricos, se degrada la seguridad en el trabajo, aumenta la precariedad de los mismos y en demasiados casos desaparece.
Quiero aprovechar para recordar a todos, la conveniencia de pensar en que la mayoría de las familias que hoy tienen problemas de empobrecimiento, hace relativamente poco tiempo, no pensaron encontrarse en esa situación, por lo que necesitan nuestra compresión y un mínimo apoyo.
Las soluciones deben darse a través de nuestros gobiernos, ellos tienen la obligación y la capacidad, para frenar o cuando menos, aminorar las desigualdades, redistribuyendo la riqueza, mediante los impuestos y presupuestos, aportando más los que más tienen y recibiendo más los que más lo necesitan, las aportaciones de las grandes empresas, multinacionales y grandes fortunas, tienen que ser mayores que las de los trabajadores, de lo contrario el año próximo habrá más ricos y más desigualdad.