GETAFE/Varios (15/10/2019) – Aunque lo común es casarse en primavera o verano, cada vez más enlaces tienen lugar en invierno en nuestro país. Pese a lo que se pueda pensar en una primera impresión, celebrar una boda de invierno puede ser una gran idea y convertirse en el enlace más inolvidable. Casarse en invierno tiene numerosas ventajas que vamos a describir con la ayuda de los expertos de JJsHouse, expertos en vestidos para bodas, incluyendo vestidos dama de honor.
La elección de fechas. En España, en los meses donde es habitual que se concentren mayor número de enlaces, la disponibilidad de fechas suele ser un problema. Esta carencia de fechas disponibles no solo se limita al lugar donde tendrá lugar el banquete sino también a iglesias y registros civiles, donde la demanda es mucho más elevada en los meses calurosos. Casarse en invierno es prácticamente una garantía de poder elegir la fecha deseada para el enlace sin problemas.
El precio de la ceremonia. En las épocas de mayor demanda de bodas, los proveedores suelen subir los precios. Sin embargo, en invierno hay ofertas y descuentos de los que se pueden beneficiar los contrayentes para celebrar una boda mucho más económica, sin que ello vaya en detrimento de la calidad del menú y del entretenimiento.
Más opciones para el vestido de novia. En invierno, las opciones para seleccionar el traje de novia pueden ser mucho más variadas y originales. Los meses de frío permiten añadir al vestido complementos muy favorecedores como estolas o chaquetas, además de permitir elegir entre vestidos de manga larga y corta y multitud de combinaciones de colores.
La decoración también es más variada. Los especialistas en decoración aseguran que el invierno permite jugar con muchos más elementos para decorar las celebraciones de boda. En las mesas es posible incluir velas, mantas, flores de algodón y personalizar con ambientes invernales que incorporen vegetación, maderas o guirnaldas, entre otros elementos. Todo ello puede generar un ambiente increíblemente acogedor y agradable.
Elegir entre interiores y exteriores. En invierno hace frío, eso es cierto, pero ello no implica que la boda de invierno tenga que celebrarse de forma obligatoria en interiores. Los paisajes invernales pueden dar mucho juego para celebrar una boda maravillosa. Hay jardines de invierno especialmente indicados para esta clase de ceremonias y las bodas en lugares de montaña constituyen un entorno ideal para fotos y para estampas muy bellas. La luz invernal tiene un encanto especial que un buen fotógrafo de bodas sabrá aprovechar.
Gastronomía original. Una boda de invierno permite también innovar en lo que al menú se refiere. Hay muchos platos calientes idóneos para una celebración: sopas de pescado, consomés con huevo, cremas de boletus de primer plato, por ejemplo, así como platos con arroz o pasta. Y, de segundo plato, hay pescados muy deliciosos y recomendados como lubinas, merluzas y rosadas. En cuanto a los postres, en invierno apetecen especialmente el coulant de chocolate o fondues de frutas.
Bodas temáticas. Si el entorno de la celebración está nevado, es una ocasión única para celebrar una boda temática con el predominio de colores blancos o con motivos navideños, si coincide la época del año.
Boda de mañana. Puede sonar extraño pero, dado que en invierno las horas de sol son mucho menores, una gran idea para una boda de invierno es celebrar un enlace de mañana y, sobre todo, si la ceremonia tiene lugar en exteriores. Con ello se aprovecha la bella luz del día invernal, hace menos frío y es una elección original.
En una boda de invierno es fundamental para los invitados vestir elegantes, cómodos y, a la vez, no pasar frío. En las mujeres, chaquetas y estolas con complementos indispensables. Los colores con los que se puede jugar son muy variados y comprenden desde los clásicos tonos negros y azules hasta tonos más atrevidos, como rojos, fucsias y turquesas.
Las faldas largas con valores seguros, así como los vestidos con corte de sirena y los trajes de estilo imperio. En todo caso, lo más importante es no desentonar y no destacar nunca más que la novia, que debe ser la protagonista absoluta de la función y quien marca el estilo y el tono de todas las indumentarias.
En lo que respecta a los hombres, en una boda de invierno predominan los colores oscuros en los trajes pero será posible imprimir toques de color si así lo hace también el novio. Colores azules, grises o negros son siempre valores seguros y la originalidad puede aparecer en los tonos y diseños de las camisas, que no tienen por qué ser obligatoriamente de colores lisos, sino que pueden incorporar rayas o cuadros y de tonos ligeramente llamativos.