GETAFE/Rincón psicológico (26/09/2019) – El sexting está cada vez más extendido, pero… ¿Sabes lo que es? ¿Quiénes lo practican? ¿Es
bueno o es malo? ¿Se considera infidelidad? Hoy trataré de resolver las dudas más frecuentes sobre esta práctica que puede ser tan excitante como peligrosa. Empecemos por el principio.
Se considera sexting al envío de contenidos eróticos a través de conversaciones privadas por redes sociales: Whatsapp, Instagram, Facebook, Twitter… La definición más estricta incluye vídeos y fotos, pero inicialmente, y desde mi punto de vista, también entrarían los mensajes y textos con contenido sexual. Es decir, esas fotos sugerentes o mensajes subidos de tono que la gente se envía por privado, da igual si es con su pareja o con un desconocido, todas esas prácticas forman parte del sexting.
No creo que haya un solo motivo, cada persona tendrá los suyos, desde relaciones a distancia, al morbo de imaginar o excitar a alguien que no nos está viendo. ¡O sí!, porque el sexting se puede practicar incluso en una cena con amigos. He leído muchos artículos sobre los inconvenientes de esta práctica y desaconsejando su uso como medida preventiva. Desde luego estoy de acuerdo en que tiene muchos riesgos, pero es como recomendar la abstinencia como método anticonceptivo, algo muy eficaz pero que no resuelve el problema de quienes quieren experimentar. Practicar sexting es una decisión personal, igual que practicar sexo oral, besarse con alguien o darse la mano. Cada uno elige los límites de sus relaciones y lo que le apetece experimentar en cada momento. Simplemente es necesario tener la información para elegir libremente lo que se quiere hacer.
Cualquier persona con un smartphone o un ordenador puede practicarlo. Realmente existe desde que hay acceso a internet, pero como cada vez hay más redes sociales y un acceso más rápido a ellas, las posibilidades se disparan y por eso es algo de lo que se habla más.
Depende de para cada quien, como ocurre con cualquier otra práctica sexual, habrá a quien le encante y quien no quiera probarlo. El sexting pone en juego la imaginación, la fantasía, los juegos de seducción… En cualquier momento y en cualquier lugar, eso es lo que lo hace tan especial, elimina cualquier barrera físico-temporal. Aporta seguridad al hacerse a través de una pantalla, por eso las personas «se atreven más», porque no hay un contacto o una respuesta tan directa.
Si te decides a hacerlo es necesario conocer los riesgos y algunas medidas para que sea lo más seguro posible, como te contaré un poco más adelante. Por ejemplo, es importante que haya un acuerdo, igual que cuando compartimos otras experiencias sexuales, aunque un poco más explícito en este caso, para conocer y respetar nuestros límites e intimidad y los de la otra persona.
El peligro de compartir contenidos es que éstos puedan ser utilizados para un fin que no era el que querías. Por ejemplo, puede haber difusión sin permiso, chantaje o extorsión, daños en la reputación de la persona… todos conocemos casos, incluso algunos han salido en los medios con consecuencias muy dolorosas. Aunque la difusión de contenidos privados de otra persona pueda constituir un delito, el daño moral a la víctima se produce de forma inmediata y es muy difícil de reparar.
Me parece importante señalar que aquí sigue habiendo una discriminación hacia las mujeres puesto que para ellas las consecuencias suelen ser aún más negativas. Por eso, conocer los riesgos y tomar medidas te ayudará a practicarlo de una forma segura.
Aunque en el sexting no hay un contacto físico, es muy posible que se lo estés ocultando a tu pareja. Si esto ocurre, debes valorar si entra dentro de vuestros acuerdos en la relación. Aunque no es necesario compartir todas las cosas en pareja o saber todo el uno del otro, este tipo de situaciones suelen generar conflicto si no se hablan previamente, llegando a producir un gran dolor y pérdida de confianza. Te recomiendo por lo tanto una comunicación abierta, hablar sobre ello, sobre los límites y por qué no, proponerle a tu pareja esta práctica que puede enriquecer vuestra relación si a los dos os apetece.
Seguramente ya te hayas planteado si esta práctica es para ti o no. Si quieres probar, debes hacerlo con las máximas garantías. Creo que con las tecnologías y como ocurre con muchas otras prácticas sexuales, nunca tendremos la certeza de que algo sea seguro al 100% pero sí
podemos tomar unas cuantas medidas que nos ayuden. Para ello, os recomiendo la web mexicana Pantallas amigas, que nos ofrece un decálogo de forma ilustrada las medidas que te ayudarán a tener sexting seguro. Aquí va un resumen:
La tecnología ha llegado a nuestras vidas para quedarse, ¿Cómo no iba a estar presente en la sexualidad? Pero tú sigues siendo dueño de tu sexualidad y decides con quién compartir tu intimidad, probar cosas nuevas depende de ti y de encontrar la persona adecuada con la que experimentar.