GETAFE/El aula sin muros (11/09/2019) – La madrugada del 29 de abril nos fuimos a dormir casi felices, los resultados electorales nos hacían concebir fundadas esperanzas de que se podía formar un gobierno en el que podrían colaborar las distintas fuerzas de izquierda junto con el nacionalismo moderado. El referente de la moción de censura y el clima de entendimiento que mantuvieron PSOE y UP durante la campaña electoral, permitían soñar.
Casi un mes después, el 26M, el triunfo de las Tres Derechas la Comunidad de Madrid servía para blanquear el terrible descalabro, del proyecto ultraconservador de Casado, en las generales y nos arrastraba a los progresistas madrileños hacia los más negros presagios: otros cuatro años más de soportar (¡y van 24!) la pesada losa del partido de Bárcenas, la Púnica, Lezo, Gurtel, Avalmadrid, etc., en fin, toda esa charca llena de ranas.
Otros cuatro años de profundización en el deterioro y destrucción de los servicios públicos en la Comunidad de Madrid. Porque, aunque en sus campañas intentan enmascarar sus verdaderos intereses de clase (alta) con sus chascarrillos antinacionalistas (o más bien su nostalgia del nacionalcatolicismo), su recurrencia a Venezuela o sus insultos al oponente; si algo hay claro en el proyecto de la Triderecha, en todos los ámbitos de poder, es su apuesta por la bajada de impuestos para los ricos, la privatización de los servicios públicos, la defensa de los privilegios de la Iglesia (incluido su derecho a adoctrinar por cuenta del Estado), el derecho a contaminar y la defensa de atávicas tradiciones como la caza o los toros (Llegados a este punto cuadra aquí la música de Paquito el Chocolatero y la momia de Cuelgamuros dando saltos de alegría).
Para la Escuela Pública de Madrid, 24 años son muchos años de veladas agresiones. Decimos “veladas” porque estamos convencidos de que su plan implícito es la desaparición de lo público y el “sálvese el que pueda”, porque ellos son partidarios del Darwinismo Social y escolar, y creen que los ricos son ricos porque son más listos y los pobres lo son porque son más tontos, como llegó a explicitar el señor Punto Rajoy, en sus años jóvenes en el Faro de Vigo. Si, a pesar de todo, la educación y la sanidad públicas tienen buena salud (oportuna paradoja) es gracias al esfuerzo de los profesionales que trabajan en los centros públicos y al prestigio del que gozan entre las clases populares. Como no se atreven a cargárselas de un plumazo, porque sería impopular, practican la política de “lluvia fina” del solapado, pero implacable, ataque a los servicios públicos, con decisiones que intentan colocar en situación de desventaja los servicios públicos frente a la oferta privada.
En el caso de la educación esto se viene sustanciando en la cesión de suelo público a centros privados, el aumento de las subvenciones a centros privados y su ampliación a las enseñanzas no obligatorias, el cierre de aulas en la enseñanza pública mientras se crean en la concertada, la construcción de centros educativos por fases, incumpliendo plazos de finalización y manteniendo los centros en obras durante años, nombrando directores a dedo para asegurarse su afinidad con la autoridad educativa, aumento de ratios y toda una serie de triquiñuelas cuya enumeración sería prolija.
¡Señor Sánchez! ¡Señor Iglesias! Sus votantes estamos muy preocupados (atónitos, cabreados). No sabemos si son ustedes conscientes de la enorme responsabilidad a la que se enfrentan. El Pueblo ha votado y ha manifestado su decisión de que no haya una fuerza mayoritaria de izquierda y ustedes tienen la obligación de ponerse de acuerdo. Creemos que la responsabilidad del desacuerdo no es simétrica, pero algo de culpa corresponderá a ambos. Sospechamos que hay fuerzas muy poderosas que se oponen a un gobierno PSOE-UP, con apoyo de nacionalistas, pero creemos que ustedes se deben a sus electores y están obligados a preservar los intereses colectivos frente a los particulares. No queremos pensar que la negociación está mediatizada por espurios cálculos electorales. Miren que las encuestas las carga el diablo. Solo faltaba que en noviembre nos encontráramos en la misma situación o peor, con un gobierno ultraconservador y ultraderechesista: ¡Pobre Escuela Pública!
Es cierto que muchas de las competencias educativas están transferidas a las comunidades autónomas, pero todavía tenemos un gasto educativo muy inferior a ese 5% mínimo que requiere una educación de calidad, una LOMCE que hay que derogar para evitar la segregación educativa, un concordato con la Santa Sede que impide una educación laica en nuestro país y una legislación que ponga freno a la privatización de la enseñanza.
Estaremos muy decepcionados si no hay entendimiento y acuerdos. Es urgente que la escuela pública sea objetivo prioritario en las políticas educativas y ustedes podrían hacerlo si fueran capaces de escucharse y escucharnos.
Jose Manuel Goyoaga
12 septiembre, 2019 at 10:22
Barcenas,la punica,avalmadrid, los eres de andalucia a esos no jaja me parto lo que habria de hacerbuna educacion GRATIS y todas las comunidades los mismos libros.