GETAFE/Palabra de concejal (23/09/2019) – Hemos celebrado esta semana de la movilidad europea con el lema “Camina con nosotr@s” para reivindicar la forma más sostenible y preferida para moverse por la ciudad. Las aceras, en demasiadas ocasiones demasiado estrechas, se están enfrentando a un uso indebido de las mismas.
El próximo 10 de octubre se cumplirá un año de la aprobación en Pleno de la modificación de la Ordenanza de Circulación para reconocer a los Vehículos de Movilidad Personal (patinetes eléctricos, p.e.) como ciclos para, de este modo, reconocer su derecho a ir por la calzada y prohibir su uso en las aceras. Sin embargo, dicha modificación no ha sido publicada en el BOCM y hoy podemos ver cómo el aumento anunciado de esta alternativa sostenible de movilidad se está dando sin un marco que regule su correcto uso, poniendo en riesgo a quienes optan por caminar. A la pregunta de por qué no se ha publicado se nos ha respondido que se pretende modificar toda la Ordenanza de Movilidad y que sería en esta nueva ordenanza donde «se tendría en cuenta» lo aprobado.
Desde entonces se ha aprobado otra Ordenanza, que no había tenido debate previo en el Pleno en esta legislatura: la Ordenanza de Convivencia. Cierto es que sí fue debatida en la legislatura anterior, con Juan Soler como alcalde y el Partido socialista como rechazante de la misma. Viene de largo el proyecto, porque el origen está en la última legislatura de Pedro Castro. Se ha dicho de esta ordenanza que ha sido fruto de la participación ciudadana por haber sido debatida en algunos consejos de participación, pero quienes participaron no han visto recogidas sus propuestas, ni siquiera los errores de redacción. Esos errores y las sanciones no debatidas provocaron una polémica mediática y un segundo debate en el Pleno del Ayuntamiento en el que se apeló a no haber usado alguno de los mecanismos de participación para desestimar las propuestas que se hacían.
Otra ordenanza, la de Medio Ambiente, también en este plazo ha sido publicada en el BOCM para audiencia previa, después de un largo periodo en algún cajón. En el Consejo de Sostenibilidad se plantearon alegaciones al texto que se proponía y no han sido recogidas en el texto publicado. Cabe recordar que llevamos más de un año sin Consejo de Sostenibilidad.
¿Por qué no hay Consejo de Sostenibilidad? Para responder a esta pregunta hay que recordar la entrada en vigor de otra ordenanza, la de Participación Ciudadana; o más bien de su torpe implementación en algunos de los consejos de participación, que llevó a su bloqueo y desaparición. Por ejemplo el de Sostenibilidad. ¿Después de un año sin Consejo de Sostenibilidad no habría sido mejor su convocatoria para presentar el texto que se quería publicar?
En su última convocatoria celebrada se denunció el riesgo y molestias que estaban suponiendo las bicis y patinetes en la acera. La aprobación de la modificación de la Ordenanza de Movilidad precisamente atendía a esa demanda. Por cierto, en otro Consejo, el del Mayor, también es habitual la denuncia.
Como digo estamos a tiempo para recoger las aportaciones que nos haga la ciudadanía y rearticular la participación ciudadana. Los mecanismos de participación deben servir para facilitar los cauces por los que la gente aporta y no como una gincana que sirve de muro para desatender sus aportaciones. Es necesario convocar todos los consejos de participación y escuchar lo que tienen que decirnos quienes desinteresadamente dedican su tiempo y esfuerzo a lo que desde su perspectiva mejora la ciudad.
El proceso de redacción de una ordenanza como vemos es largo, aunque se ataje en la participación. Existe una demanda de paz en las aceras y un uso creciente de los modos de transporte sostenibles. Sus usuarios necesitan un marco jurídico al que atenerse para no estar en una permanente inseguridad jurídica. La modificación aprobada en Pleno satisface ambas necesidades y no se justifica la dilación de su publicación a la espera de un proceso que se antoja largo. Prevenir el uso de los VMP en la acera es menos costoso que curarlo cuando ya sea una costumbre, como está pasando a día de hoy con las bicicletas.