GETAFE/Rincón psicológico (31/05/2019) – Una consulta muy frecuente en consulta es la insatisfacción con el deseo sexual. El deseo sigue un complejo proceso de estimulación, química, conexiones neuronales, aprendizajes… pero por resumirlo de alguna manera, podríamos decir que “el deseo llama al deseo”, es como una espiral, creciente, cuanto más la alimentes, se va construyendo un círculo más amplio, va en aumento. También puede ser decreciente, si no se alimenta el deseo, se olvida y se va haciendo cada vez más pequeño. También me gusta explicarlo con una frase sencilla y directa: “Cuanto más, más y cuanto menos, menos”.
La falta de deseo no es una cuestión de sexo, si no de personas, es muy frecuente que cualquiera pueda experimentar cambios en su deseo erótico a lo largo de la vida. Como ocurre en otras áreas de la sexualidad, y aunque esto está cambiando, socialmente se espera un mayor deseo por parte de ellos que de ellas.
Hay muchos factores que pueden afectar al deseo, vamos a repasar algunos de ellos, para entender lo que ocurre y, a partir de ahí, nos resultará más sencillo encontrar como estar más satisfechos con nuestro deseo:
Por una parte estaría lo biológico desde problemas médicos a cambios hormonales. Es importante descartar o tratar cualquier dificultad de este tipo para garantizar mayor éxito en la recuperación del deseo.
Factores psicológicos: la autoimagen, cómo nos vemos y cómo nos sentimos. El estado de ánimo, sentirnos deseados y deseables es clave para dar rienda suelta al deseo sexual.
Por otra parte hay momentos vitales que afectan directamente al deseo, obviamente un problema que sea importante, preocupaciones personales o fruto de una crisis de pareja. Tras una ruptura, generalmente el deseo se encuentra hipoactivo, pudiendo aumentar en poco tiempo como parte del proceso del “duelo amoroso”. La falta de actividad sexual de forma regular, produce un efecto de espiral descendente, en el que el interés por el contacto sexual también puede ir desapareciendo.
Si identificas una falta de deseo ya has dado el primer paso para empezar a cambiar las cosas. El deseo sexual es subjetivo, único y particular de cada persona, como ya indicábamos antes, puede ir cambiando a lo largo de la vida, no es comparable ya que cada persona tiene sus necesidades y preferencias sexuales.
Empieza cuidándote, ocúpate de verte y sentirte bien, explorando tu cuerpo con un masaje, una sesión de spa, algo que te estimule físicamente. La masturbación también puede ayudarte a entrar en la espiral ascendente del deseo. Busca estímulos excitantes y sentirte deseado.
¿Tienes pareja? Cuenta con ella para hablar sobre lo que te pasa, en muchas ocasiones, la falta de deseo de una de las partes resiente la relación. Contar con tu pareja para avivar el deseo, respetar los tiempos y jugar a la seducción puede ser clave para mejorar. Enriquecer la pareja con juguetes o nuevas prácticas sexuales puede ayudar a recuperar el deseo.
Recuerda que la clave en cualquier aspecto de tu sexualidad es que te haga sentir bien, aduéñate de tu deseo y atrévete a disfrutar de ti mism@.
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