GETAFE/La piedra de Sísifo (11/06/2019) – He pasado hace una rato por la Plaza de España e, insensato de mí, me he detenido a echar un vistazo al ninot al que se dará fuego para finalizar las fiestas. ¿Cómo describir el torbellino de sensaciones que me ha causado? No sé, lo intentaré con una concatenación de adjetivos: Incomprensible, improvisada, rara, extemporánea… lo de fea o bonita ya va en el gusto de cada quien, pero me da la sensación de que la han encargado por teléfono dando, más o menos, las siguientes premisas: Un homenaje a la Constitución dentro del 40º aniversario de los ayuntamientos democráticos, donde figuren los hitos más relevantes de la ciudad en estas cuatro décadas; el enterramiento de la vía, el teatro García Lorca, el hospital, la universidad, el ayuntamiento nuevo y dando un heroico protagonismo a los cuatro alcaldes de este periodo: Jesús Prieto, Pedro Castro, Juan Soler y Sara Hernández.
El maestro fallero se puso manos a la obra y eso es lo que le ha salido, una mezcla de conceptos sin un hilo conductor medianamente coherente, en el que conviven cosas aceptables y detalles sorprendentes por fuera de lugar. Veamos:
Preside el conjunto una imagen en gran tamaño, se supone que de la Constitución, como una joven bella, orgullosa y lozana y no como la víctima de zarandeos y ninguneo generalizado que es en realidad, donde todos la nombran pero pocos la respetan. A su alrededor, y en diferentes tamaños y protagonismos, se suceden los elementos con que identifican Getafe y no es difícil identificarlos; insisto, el planteamiento estético puede gustarte más o menos pero eso es subjetivo; y ahí termina lo digerible.
La representación de los cuatro alcaldes da para una tesis: Para empezar el Batman barrigón que identifican con Pedro Castro, amén de portar ya su olvidado bigote, no termino yo de ver el paralelismo, pareciera que han metido la mano en una bolsa, sacado la papeleta con el nombre del hombre murciélago y puesto la cara al muñeco. Quizá, solo quizá, lo hubieran identificado mucho más y mejor con el apelativo cariñoso con el que Getafe lo bautizó, el Pitufo y, puestos a conferir autoridad a su imagen, pues lo identifican con Papá Pitufo y todos felices. Pero el cruce de Superman y Bibendum (el muñeco Michelín) con que identifican a Soler ya es de traca; lo suyo hubiera sido una caracterización en Obelix devorando jabalíes por la cara y de siete en siete, mientras trasiega infatigable vino de un odre, todo pagado por los getafenses. Y ahí se acaban los alcaldes, porque cuando alguien preguntó ¿Y Prieto y Sara? La respuesta debió ser, más o menos, “¡Ayvadiós! Espera que lo arreglo enseguida”, cogió un muñeco (con una cara triste que parece que esté a punto de echarse a llorar), caracterizado de Aquaman, me lo coloca un cinturón con las iniciales JP, y ya está Prieto apañao. Como se trata, al parecer, de la Liga de la Justicia, se coge un maniquí vestido de Wonder Woman y ya tenemos a Sara. Que ni se parece ni viene a cuento pero, qué más da, si es para quemarlo.
En fin, que a mi juicio, este no ha sido el año en que el ninot merezca ser indultado, incluso, si fuera posible, merece ser quemado varias veces, pero tampoco me voy a poner tiquismiquis, total, alguien también estará afilando la navaja mientras lee esto, así que, nada, que ¡Felices Fiestas! Disfrutadlas al máximo.