Enmedio de un desierto de hostilidad, tensión, desconfianza, malos rollos, rivales, adversarios y enemigos, aparece un oasis fresco, frondoso, agradable y relajado, lleno de oportunidades para abundar en los lazos de amistad, compañerismo e, incluso, tolerancia con el que no es de los nuestros. Disfrutemos de unas fiestas en paz, haciendo de la sana diversión nuestra bandera y cargando las pilas para afrontar con optimismo lo que vendrá. Digan lo que digan los agoreros, no es un espejismo, aprovechemos estos momentos con intensidad. ¡Felices Fiestas!