Han sido muchos meses en los que; entre ponerle guindas al pastel de los pasados cuatro años, los ataques febriles propios del fragor de las campañas y los movimientos estratégicos para quedar bien situados; el trabajo constante, ese que no se ve de un día para otro pero es fundamental para la consecución de objetivos, había quedado relegado a un segundo plano. Hoy, con unas concejalías de gobierno flamantes por recién estrenadas, se retoma la labor sorda pero imprescindible que nos conducirá hasta 2023. Feliz aterrizaje.