Dormir es imprescindible para gozar de una buena salud física y mental, cuando se duerme el cerebro aprovecha para recuperarse del esfuerzo de la vigilia, relajar el ritmo y “sacar la basura” en forma de sueños. Hay sueños agradables, terribles, amorosos y creativos, pero en política, antes de plasmar un sueño creativo en proyecto, se debe comprobar su viabilidad. Es comprensible la ilusión que sentiría Carlos González Pereira al despertar una mañana después de soñar un cielo de Getafe plagado de drones vigilantes ¡por fin una idea! pero hubiera sido aconsejable pensar en su interferencia con la base aérea antes de convertirlo en promesa electoral; que esas cosas las carga el diablo.