Que la Policía investigue y desarticule una trama de amaños en partidos del fútbol profesional, para conseguir beneficios ilegales en apuestas deportivas, está muy bien. Nadie está fuera de la ley y menos aún quienes, por su presencia mediática, deberían dar ejemplo.
Que uno de esos investigados sea un jugador del Getafe, además de sonar muy feo, empaña una temporada fantástica y sus responsabilidades deberán ser depuradas de forma ejemplar con todas las consecuencias.