Un importante número de vecinos de edificios antiguos, sobre todo de los barrios más humildes, tiene serios problemas para algo tan simple como salir de casa para comprar el pan o ir al médico, porque la edad ha venido acompañada de una drástica reducción movilidad y su edificio no tiene ascensor. Para todos ellos, la convocatoria de subvenciones como ayuda a la instalación de ascensores supone un balón de oxígeno que, sin duda, mejorará su vida radicalmente. Por fin…