GETAFE/Miradas arcoíris (29/04/2019) – El pasado día 26 de abril se conmemoró en diversas partes del mundo, entre ellas España, el Día de la Visibilidad Lésbica. Esta reivindicación se oficializó en 2008 como una necesidad lo que veníamos reivindicando años atrás. Por ello, todos los 26 de abril salimos de nuevo a la palestra para hacer una llamada a la sociedad, la misma que hacemos el resto del año con un claro mensaje: existimos.
Parece una obviedad tener que reivindicar año tras año algo tan sencillo como es el derecho a ser, a existir y a que no se nos invisibilice. Muchas de nosotras estamos condenadas a una doble discriminación, por ser mujer y por ser lesbiana; a la que se suma una triple discriminación en el caso de las mujeres migradas y refugiadas. Todas nuestras interseccionalidades y diversidades, de las que estamos orgullosas, son un punto de tiro para las discriminaciones que sufrimos.
Si bien es cierto que en España hemos vivido muchos avances en materia de derechos, todavía quedan muchos otros por conquistar. Nuestra lucha constante por visibilizar y normalizar nuestra manera de sentir y amar ha creado referentes para nosotras, intentando poco a poco acabar con el silencio que nos rodea. Aún a día de hoy, nos veamos obligadas a casarnos para que la madre no gestante pueda tener los derechos de ser madre de su propio/a/e hijo/a/e; o la invisibilización a la que nos vemos abocadas cuando hablamos de salud sexual, donde hay desconocimiento también por parte de los profesionales en ginecología sobre como asesorar a mujeres lesbianas ya sean estas cis o trans*.
En un día como hoy no podemos dejar de recordar a nuestras compañeras que mantienen distintas intersecciones y que se encuentran discriminadas por el hecho de ser mujer, migrante y lesbiana, discriminaciones que sufren tanto en sus países de origen como en España cuando llegan. Muchas de ellas sometidas a violaciones correctivas, matrimonios forzosos, violencia por parte de sus familias, discriminación laboral, violencia institucional, y todo tipo de vivencias por el hecho de ser mujeres diversas. Discriminaciones que también encuentran cuando llegan a nuestro país, con actitudes paternalistas que presuponen que de “esconder” su orientación sexual, su vida no corre peligro, así como un proceso de revictimización que nos hace volver a recordar todo lo anteriormente vivido. Este tipo de actitudes no hace más que estimular discursos de odio que atentan contra la dignidad de las mujeres diversas, migrantes y/o refugiadas lesbianas.
La lucha por la igualdad de derechos, por la visibilidad, por la no discriminación y por la erradicación de los delitos de odio hacia las mujeres lesbianas este 26 de abril, debe ser tan diversa como la multitud de mujeres que participamos de esta lucha: en nuestras diversidades, en nuestras interseccionalidades, está nuestra fuerza.
Todas alzamos la voz este 26 de abril: por nosotras, por las que ya no están, por las que viven con miedo, por las que aún están dentro del armario, así como por las que están por llegar buscando una vida mejor. Todas somos una sola voz, con matices diversos, que debe seguir gritando allá donde estemos por reivindicar nuestro sitio en la sociedad: estamos aquí, existimos, y nuestra realidad debe ser escuchada con la misma fuerza que el resto.
Desde KifKif queremos recordar a todas nuestras compañeras diversas, migrantes y refugiadas lesbianas: las que pueden alzar la voz y las que aún tienen miedo, seguiremos avanzando en la lucha por una sociedad igualitaria donde nuestras intereseccionalidades sigan siendo nuestra fuerza de lucha y el impulso que nos ayude a conseguir una sociedad más justa y más diversa.