GETAFE/Palabra de concejal (25/03/2019) – Pues no, en esta ocasión no les voy a volver a contar nada sobre mis dudas para elegir sobre qué hablarles a ustedes. Hoy lo tengo claro, en esta ocasión voy a plantearles la necesidad de sacar del armario nuestras mejores ropas y engalanarnos durante un tiempo para acudir a distintas citas.
El estreno tenemos que hacerlo en la gala que celebraremos el viernes 29, en el teatro Federico García Lorca. La ocasión lo merece, celebremos la Gala de los Premios al Mérito Deportivo y, en ella, premiaremos a los deportistas locales más destacados, así como la trayectoria de algunas entidades deportivas de nuestra ciudad.
Tal vez les parezca un poco exagerado que yo les proponga vestirse de gala para tal acto, indudablemente, no deben tomárselo al pie de la letra, se trata, no tanto de la camisa que elijamos, como del carácter de fiesta con el que debemos acercarnos al teatro.
Llegar a destacar en cualquier modalidad deportiva requiere mucho esfuerzo y sacrificio, tanto para las personas deportistas como para sus familias. Llegar a hacer realidad sus sueños significa transitar por un camino en el que la práctica deportiva es un estilo de vida. Las dificultades para llegar a estar en lo más alto son y serán muchas, pero que no recorrerán en solitario. Por eso debemos acompañarlos con alegría, porque debemos hacerles sentir que los acompañamos en su trayectoria y que sus éxitos nos enorgullecen como ciudad.
Y una vez puesto el traje, no lo guarden ustedes en el fondo del baúl. Ténganlo preparado para las próximas citas electorales.
Sé que suena “viejuno” hablar de la fiesta de la democracia porque lejos queda ya aquel 1977 en el que poder ir a votar libremente era la fiesta en el culminó un largo y doloroso proceso. Al igual que el camino que recorren nuestros deportistas homenajeados, el camino de la libertad y de la democracia también ha estado sembrado de obstáculos. Nos estrenamos en 1977 tras cuarenta años de dictadura e intentaron que tropezáramos un 23F de 1981 con un fallido golpe de Estado.
No pretendo hacer similitudes entre esos años y la época actual, pero sí quiero poner el acento en la agenda política que desde la extrema derecha nos intentan marcar. La radicalización de los mensajes, las discusiones que intentan poner de actualidad cuestiones ampliamente superadas, la utilización de la democracia para lanzar proclamas que ponen en duda el propio sistema democrático solo puede ser parado mediante el voto masivo.
Indudablemente, la democracia no es ninguna fiesta, es una responsabilidad que requiere de nuestro compromiso para mantenerla viva y, ahora más que nunca, debemos comprometernos con ella, de ahí a importancia de nuestro voto.
Acerquémonos a las urnas con ilusión, sí pero también con propuestas políticas solventes.
Hagámoslo con nuestras mejores galas.