El sábado, 30 de marzo, apagaremos todas las luces de 20,30 a 21,30, en un acto simbólico de alcance planetario, llamado La Hora del Planeta, para luchar contra el derroche de energía que nos mete en una espiral infinita de crecimiento de producción, la mayor parte de las veces, mediante combustibles fósiles con la consiguiente contaminación añadida. Por una vez tienen ventaja los negacionistas de Cambio Climático; sin luces en su cabeza, no tienen nada que apagar.