GETAFE/Varios (27/02/2019) – Esta frase a buen seguro que muchos la han dicho al llegar a algún lugar, y sobre todo después de unos días conviviendo con sus gentes y sus costumbres. Y una ciudad en la que sin lugar a dudas la dirán, sino lo han hecho ya, es Ámsterdam.
Y es que Ámsterdam es más que sus Coffees Shops, las bicicletas, que el Barrio Rojo, el ambiente gay o el Mercado Flotante de las Flores. Es su arquitectura, los numerosos museos, la cultura desbordante de la ciudad, los canales, y la enorme oferta de ocio que se les ofrece en cualquier época del año. No se puede olvidar ni dejar de visitar el casco antiguo e histórico de la ciudad.
Ámsterdam es donde los que creen que viven libres descubren que no, que hay algo más que unas leyes permisivas o un código penal donde determinadas acciones no se consideran delito. Allí descubrirán que lo aceptado con normalidad no hay que reivindicarlo, la libertad es vivir y dejar vivir, no estar pendiente de nadie y no ser obstáculo en la vida de nadie. Es la naturaleza de la comprensión y la nobleza de lo natural y el respeto. Ustedes ya lo sabían y alguno lo ha experimentado.
Ámsterdam es una ciudad donde hay mucho que ver y hacer. Más allá de tópicos, tiene muchos atractivos que harían las delicias de cualquier turista. Están los que ya estuvieron y aconsejan a otros que van a ir los lugares imprescindibles que deben ver, y es de agradecer ya que buscando dónde y cómo suele perderse tiempo, sobre todo cuando es una visita corta. Además, tiene una agenda cultural realmente variada y amplísima como corresponde a una ciudad donde la cultura también forma parte de su vida. Y como todos habrán escuchado alguna vez el refrán de “donde fueres haz lo que vieres”, nada mejor que conocerla en bicicleta, como uno más. Porque ese es el encanto de la ciudad, vivirla como uno más, mezclarse con sus gentes, adoptar sus costumbres, aunque sea por poco tiempo y descubrir que también usted sería un vecino de la ciudad a nada que pudiese. Esa es la magia que a tantos hechizó. Descubrir una de las ciudades más libres y artísticas que puedan existir en grupo o en familia; residir en un alojamiento como si fuera su propia casa y salir a descubrir la vida diaria y a tomarle el pulso a sus gentes como un local más, como un residente que tiene unos días de descanso y disfruta de su ciudad. Y para ello nada como residir unos días en un apartamento de los muchos que hay en todos los barrios y zonas de la ciudad.
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