GETAFE/Palabra de concejal (04/02/2019) -“Un nuevo ciclo se abre ante mí, la ciudad de Getafe, y por ello se abre también ante los vecinos y vecinas que llenan mis calles de vida y de pluralidad, sin los cuales nada de lo que pasa tendría sentido”. Así comenzaría un cuento infantil de decisión en el que la protagonista tiene que elegir entre dos caminos antagónicos que marcarán, si no toda su vida posterior, sí su futuro más próximo.
Esto es lo que sucede cuando se abren las urnas y la ciudadanía tiene que volver a elegir a sus representantes, tiene que elegir entre mantenerse en el letargo al que han condenado a la ciudad sus actuales gobernantes, o apostar por un proyecto político que suponga cambios reales, que afecten a la vida cotidiana de sus ciudadanos y ciudadanas.
En los cuentos infantiles, una niña o un niño tiene que elegir, sin tutelas (normalmente es huérfano), el camino que le va a hacer crecer y para ello tiene que abandonar lo ya conocido pero caduco y dañino para encontrar el proyecto que le hará convertirse en un adulto feliz.
En Getafe nos encontramos ante la difícil situación de elegir entre dejar que todo siga igual: que tengamos una ciudad en la que no todos tengamos las mismas oportunidades, porque se gestionan las empresas públicas con una opacidad que no garantiza los derechos a los ciudadanos y ciudadanas -¿alguien de ustedes ha visto alguna vez publicada una oferta para trabajar en la empresa municipal Lyma? ¿Creen ustedes que la ciudad está limpia?-, la encrucijada de mantener una ciudad donde el acceso a una vivienda pública es un auténtico lujo reservado solo a unos pocos -¿ha tenido el gobierno un verdadero plan de vivienda pública?-. Una ciudad, que habiendo sido un verdadero cinturón industrial ha pasado a ser una ciudad con polígonos de difícil acceso y en un estado lamentable; una ciudad donde a día de hoy el Ayuntamiento de Getafe y la Agencia Local de Empleo y Formación no cuentan con la aprobación de un plan de igualdad, y para terminar y siguiendo con las canciones infantiles, la actual alcaldesa invoca «a la virgen de la cueva» para acabar con la contaminación. Continuar así es uno de los caminos posibles, pero no es el que nos va a llevar hacia donde nos merecemos como ciudad.
Podemos elegir otro camino que nos represente a todos y a todas y que tenga un verdadero proyecto de ciudad que no deje a nadie atrás. Un proyecto en el que esté implicada la ciudadanía, con una participación real y no con una red clientelar, un ayuntamiento que ponga la vida en el centro y que dote a los servicios que se ocupan de las personas con personal y dinero, y no los deje en manos de grandes empresas cuyo único objetivo es el lucro, un modelo de ciudad y de movilidad sostenible y valiente que conjugue eficiencia, ecología y seguridad, un proyecto de ciudad en el que se apueste de verdad por la creación de empleo, y se dote adecuadamente a la Agencia Local de Empleo y Formación, que ahora sobrevive como puede gracias al esfuerzo de sus grandes, pero pocos profesionales, y un proyecto que no desoiga al movimiento feminista y ponga el máximo interés en dignificar el centro de la mujer actualmente totalmente infradotado. En definitiva, una ciudad para ti, que vives en Getafe, seas hombre, mujer, rico o pobre, nacional o migrante, menor o mayor, con o sin diversidad funcional y hayas escogido la opción e identidad de género que hayas escogido. Una ciudad que sea para ti, para todos.