¿Quién no ha pasado por el bochornoso momento de una caída?

GETAFE/Varios (15/02/2019) – Caerse al suelo, fruto de un resbalón o de un tropiezo, es una constante en la vida de la inmensa mayoría de los mortales. Muchos acaban en el suelo como consecuencia de un despiste, pero en otras ocasiones, en la inmensa mayoría, el percance se produce por la mala adherencia de la superficie. “Sin duda, caerse en público es una de las situaciones más embarazosas por las que uno puede pasar, pero será una suerte si lo único que sufre el accidentado es vergüenza” indican desde Technogrip, empresa especializada en productos y soluciones antideslizantes y por lo tanto en evitar a los mortales caídas bochornosas.

Por otro lado, y poniendo el foco en el ámbito laboral, las caídas ocupan un lugar importante dentro de los accidentes laborales, causando bajas entre los trabajadores que las sufren, por suerte, en general, de carácter leve, aunque en ocasiones pueden llegar a ser graves o incluso mortales.

Desde Technogrip resaltan que “el correcto y concienzudo diseño de los lugares de trabajo es una parte esencial para la seguridad, la salud, y el bienestar de los trabajadores”. Y es que, como muestran los datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (insst) en las instalaciones industriales las caídas suelen estar motivadas fundamentalmente por la existencia de suelos irregulares y deslizantes, aberturas, desniveles y falta de mantenimiento fundamentalmente.

Por lo tanto, dotar de superficies antideslizantes una empresa, supone un pequeño gasto que acabará por reportar beneficios, ya que con ello se evitará las caídas de los trabajadores, sus posibles lesiones y el gasto que le supondría a la empresa que sus trabajadores estuvieran de baja, todo ventajas.

Evidentemente, las caídas adquieren una importancia mayor cuando suceden en escaleras y rampas, dado que las lesiones suelen ser mayores, y siendo por lo tanto superlativo en estos casos que las superficies sean antideslizantes.

Sin embargo, tampoco se debe dejar todo el peso sobre los hombros de los empresarios, en más ocasiones de las que uno cree las caídas son fruto del uso de calzado inadecuado por parte de los trabajadores.