Ya se ha convertido en un entretenimiento de gusto deleznable, destrozar del modo que sea el monolito de homenaje a Sandra Palo. Seguramente consecuencia de una vida triste y sin alicientes, este ser dedica su tiempo a libaciones copiosas y emplea un último resto de consciencia en dirigirse al Parque de Castilla La Mancha y perpetrar su tropelía. Quizá, un buen cepo lobero pintado de azul, serviría para resolver de una vez por todas este molesto problema. Solo habría que avisar al operario de LYMA de la zona para que no se asuste al ver una mano en el suelo y problema resuelto