Mientras la derecha, la derecha más a la derecha y la ultraderecha ponen en marcha su poderosa maquinaria de fake news, acusando a la administración de inundar de dinero y recursos a inmigrantes vividores que no existen, la cruda realidad dibuja un panorama desolador para quienes necesitan ayudas y no las reciben de unos servicios sociales desbordados. Los últimos desheredados de la crisis sufren el doble.