GETAFE/Palabra de concejal (25/02/2019) – Estamos en lucha, luchando para que no nos maten. Luchamos para que a ti y a mí nos traten igual que a los hombres, para que no nos discriminen o nos minusvaloren por ser mujeres. Luchamos porque nos sentimos orgullosas de serlo, porque somos feministas y queremos que nuestras hijas crezcan en una sociedad igualitaria de verdad.
Porque yo no quiero retroceder, ni perder lo que hemos ido consiguiendo con tanto esfuerzo. No quiero una ley del aborto de 1985, porque sobre mi cuerpo decido yo, no quiero que se ponga en tela de juicio el trabajo para ayudar a las víctimas de la violencia de género, porque ellas se lo merecen todo.
El 8 de marzo es nuestra gran batalla, pero en las calles y las plazas vamos a estar todos los días. Porque en España, todavía cobramos menos que los hombres, aún nos golpean y nos maltratan psicológicamente, andamos con miedo si es de noche, nos acosan, nos juzgan por como vestimos, ignoran nuestras opiniones y en general, estamos siempre por detrás de ellos.
Aunque ahora, empieza a ser distinto. La lucha por la igualdad, el feminismo, avanza de forma imparable por la conciencia de mujeres y de hombres. Cada año somos más, hay más manos para ayudar, hay más gargantas para gritar, hay más personas dispuestas a hacer sacrificios para demostrar que si paramos las mujeres, se para el país.
Es importante que nos unamos con las mejores armas que tenemos cada una, con palabras optimistas y corazones valientes. Con hechos que demuestran esta verdad que ha sido escondida en la historia, para ignorar a la mitad de la población mundial. Ármate en la cultura, en el deporte, en la política, y por supuesto en tu hogar, ármate con alientos de ánimo y de reconocimiento para aquellas que lucharon antes que nosotras. A nuestras madres y abuelas, que estaban ahí cuando era más difícil.
Me preguntan mucho que si me siento orgullosa de ser la primera mujer alcaldesa de Getafe, y yo siempre digo que sí, pero que me sentiría mucho más orgullosa si eso no hubiera sido noticia, si no tuviésemos que haber esperado 36 años para conseguirlo. Porque seguimos siendo una excepción, en la política, en las empresas, en la ciencia y en otros muchos ámbitos de la vida cotidiana.
Estamos más cerca que hace un año, pero todavía muy lejos de obtener esa victoria que no será la nuestra sino la de todas y todos. Porque el feminismo no son faldas, sino la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres.