GETAFE/Publirreportaje (28/01/2019) – En Getafe, el tejido social ha sido fundamental para conformar lo que es hoy la ciudad. Centenares de asociaciones de los más diversos ámbitos han contribuido a que el municipio crezca y se convierta en uno de los más activos históricamente de la Comunidad de Madrid. Al final, la labor asociativa complementa los espacios donde no puede llegar la administración.
Pero a la vez que han ido creciendo el volumen de asociaciones, también se han incrementado sus obligaciones fiscales y contables, “y las que asumen los órganos de gestión y dirección de estas entidades”, explica María Medina, abogada fiscalista en Medina Santamaría Asesores. “La Agencia Tributaria ha querido controlarlas más: saber cuáles son y qué tipo de rentas perciben”. Entre las obligaciones que ahora tienen que asumir de forma más generalizada las entidades sin ánimo de lucro, se encuentra la presentación del Impuesto sobre Sociedades. “Fiscalmente, con la ley 27/2014 de 27 noviembre del Impuesto sobre Sociedades y la regulación de su artículo 124 apartado 3, se establece que las entidades parcialmente exentas tienen obligación de declarar las rentas tanto exentas como no exentas”, aunque “existe una excepción a la regla anterior: no tendrán que presentar la declaración si los ingresos totales no superan los 75.000 euros, siempre que los ingresos provenientes de rentas no exentas no superen los 2.000 euros y se sometan a retención.
Con la antigua regulación del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, este límite era superior”, afirma María Medina. “Las aportaciones de los asociados son consideradas rentas exentas, así como las aportaciones o ingresos que se reciben para el fin social de la asociación”. Pero son muchos los casos en que perciben otro tipo de rentas no exentas que obligan a tributar. “Hay ejemplos obvios, que la asociación en sus instalaciones tenga un bar, que hay muchas que lo tienen, o que participen en algún tipo de feria, etc.”, o incluso formar parte con caseta en las fiestas. “Se reducen los límites mencionados y de este modo obligan a más asociaciones a tener que declarar”.
Medina Santamaría Asesores acompaña a las asociaciones y gestiona todas las obligaciones fiscales y contables que deben asumir para “ayudar a regular su situación, a presentar impuestos, asesorarles contable y fiscalmente, mantenerles puntualmente informados de las novedades legislativas al respecto para que no caigan en incumplimientos con las distintas administraciones”. El acompañamiento se produce desde el inicio. “Estamos aquí para asesorarles desde su constitución y a lo largo de su vida asociativa”. Les brindamos nuestra ayuda para asesorarles y presentarles todos los impuestos”.
Uno de los capítulos que más quebraderos de cabeza produce es la petición, gestión y presentación de las subvenciones. “Es una ardua labor y nosotros desde Medina Santamaría, vamos con ellos de la mano para proporcionarles toda la ayuda necesaria para lograr su objetivo”. Siempre desde la realidad de cada una de las entidades que se acercan a pedir asesoramiento. “Queremos fomentar la actividad asociativa de nuestra localidad, Getafe, y por ello, les brindamos unos precios asequibles”. Asociaciones culturales, deportivas, de padres y madres, de atención médica e infantil, vecinales, de ayuda a personas excluidas socialmente, de mujeres, de integración social, de profesionales del transporte… son ya muchas las entidades sin fines lucrativos que confían en la labor de Medina Santamaría.
Porque cada vez más una asociación tiene una regulación similar a una pequeña empresa. “Se encuentran reguladas por la Ley Orgánica 1/2002 y, en cuanto a obligaciones, se asemejan mucho a las PYMES adquiriendo similares responsabilidades, aunque se diferencian mercantilmente. Mientras una sociedad mercantil se constituye para tener un beneficio económico, los beneficios de las asociaciones deben destinarse exclusivamente al cumplimiento del fin social para el que se constituyen, sin que quepa en ningún caso su reparto entre los asociados”, advierte María Medina.