Una criatura rebosante de vitalidad inocente, una mirada limpia, una sonrisa cautivadora, una confianza en la humanidad traicionada y una crueldad infinita con que la vida la castigó sin motivo. Un monstruo se cruzó en su camino con un ensañamiento incomprensible para un ser humano. Que su memoria sirva para que algo así jamás pueda volver a repetirse. Te queremos, Sandra. Te echamos tanto de menos…