GETAFE/El rincón del lector (28/01/2019) – No nos equivoquemos, lo de los taxistas no es una huelga. Siempre que haya un trabajador en dificultades o con problemas, cada vez que un asalariado decida hacer huelga, me tendrá a su lado. Siempre, sin condiciones.
Lo de los taxistas no es una huelga porque es todo lo contrario, es un cierre patronal. Conozco varios taxistas, alguno de ellos, amigo de la infancia, y hablan y no paran de las actitudes mafiosas que los empresarios del Taxi ha adoptado respecto a este conflicto falso, magnificado por intereses espurios y de muy difícil solución, cuando lo que de verdad se pretende es eliminar a la competencia. Tienen a los asalariados trabajando en condiciones precarias, pagando el módulo mínimo de autónomos y trabajando 12 o 14 horas al día con una muy sencilla cuenta: entregan al empresario la mitad de la recaudación y la otra mitad para ellos, es decir, si pretenden cobrar 2.000 € al mes (77 euros diarios x 26 días de trabajo), deberían hacer una caja diaria de 154 €, a lo que hay que restar el combustible y otros gastos de explotación.
El taxista asalariado sabe que hay trabajo, mucho trabajo y (secretamente) reconocen a los VTC como una oportunidad para mejorar sus propias condiciones aunque jamás lo confesarán en público, otra cosa en es privado. Pero es falso que el sector se haya resentido, sencillamente porque han acudido nuevos públicos que antes mostraban aversión a las lamentables condiciones en que se encontraban algunos taxis de la vieja escuela.
Alrededor circulan algunas falacias que convendría desmontar:
El precio para transferir una licencia de taxi es de 585€, todo lo demás hasta los 150.000€ que se están pagando, es especulación en un mercado negro muy rentable para los empresarios que atesoran varias licencias (aunque solo pueden tener 2, tienen licencias hasta a nombre de la abuela). El de VTC supone 5.000€, que también se ha disparado hasta los 50.000€.
Los VTC pagan menos impuestos. Esto es sencillamente falso, los conductores de VTC están dados de alta en la seguridad social, de modo que cotizan como los demás trabajadores por cuenta ajena. Los empresarios de las distintas plataformas locales pagan sus impuestos en España, quienes tributan en el extranjero son las empresas matrices pero, en suma, siendo la cifra de VTC significativamente inferior a la de taxis, la suma de sus tributos y cotizaciones es claramente superior.
Cada licencia de taxi solo trabaja un turno al día y el VTC puede trabajar las 24 h. Hay taxis que no paran nunca, sus dos conductores se van turnando.
El caso es que los trabajadores del taxi no comprenden esta huelga salvaje e injustificada e insisten en que hay trabajo de sobra. Se da la circunstancia de que los empresarios, que tienen servicios permanentes contratados, los siguen cubriendo con discretos vehículos alquilados en algunos casos o, en la mayoría, con los vehículos particulares de sus asalariados, que palían así la carencia de ingresos. Hay un dato que pocos conocen: Muchos empresarios del taxi, lo son también de licencias VTC, de forma que ponen una (o varias) vela a dios y otra al diablo.
No nos equivoquemos, lo de los taxistas no es una huelga. Siempre que haya un trabajador en dificultades o con problemas, cada vez que un asalariado decida hacer huelga, me tendrá a su lado. Siempre, sin condiciones. Los empresarios con prácticas mafiosas siempre me tendrán en contra.