GETAFE/Reportaje (24/01/2019) – Largas esperas en Urgencias, noches enteras en boxes, sin baño, esperando cama en planta y un servicio de citaciones desbordado es el panorama que se cierne sobre el Hospital Universitario de Getafe. 28 años después de su inauguración, “el trabajador tiene la sensación de que siempre llega tarde”, mientras los usuarios se desesperan.
“Hay más carga de trabajo, porque hay más usuarios y menos recursos. Además no se cubren las bajas, lo que también suma”. Sandra Segura, secretaria general de UGT en la sección sindical del Hospital Universitario de Getafe lo tiene claro. “Estamos peor que hace años”.
En octubre de 2017, El Hospital Universitario de Getafe tenía operativas 354 camas. “294 en hospitalización, 28 en UCI y 32 camas que se cierran durante 6 meses”, narra Segura. La memoria oficial del Hospital de Getafe publicada en la web de la Comunidad de Madrid recoge que en 2017 hubo 510 camas operativas, al igual que en 2016. “Información que no refleja la realidad”, asegura. “Por el camino se cerró la cuarta planta, por ejemplo”, apunta Jorge Dávila, celador del Hospital y miembro del Sindicato MATS.
Desde la Plataforma en Defensa del Hospital de Getafe aportan otro dato: “En 2012 el Hospital tenía 592 camas; en diciembre de 2016 solo 388. Se han perdido 204 camas en solo 4 años”. Mientras las camas se agolpan en su sección esperando a ser reparadas, los celadores denuncian, por ejemplo “el mal estado de las sillas en las que tienen que trasladar a los pacientes”. Y suma y sigue.
Miguel Gutiérrez lleva 2 horas esperando a obtener una cita. “Mi nuera está embarazada y tras intentar en tres ocasiones conseguir la cita para la ecografía de las 20 semanas sin lograrlo, me ha tocado venir a mí. Es una vergüenza. Llevo aquí sentado desde las 10 de la mañana son las 12.30 y me quedan 40 números por delante. De 9 ventanillas, 6 están con la persiana bajada. Desesperante”.
Como desesperante es ver a Rodolfo Castillo con dos piernas escayoladas en silla de ruedas esperando su turno. Mientras que los pacientes se desesperan, “algunos trabajadores no paran a desayunar porque al resto de personal nunca les viene bien. El paciente que viene, llega peor que antes por la ralentización desde Atención Primaria a la hora de solicitar determinadas pruebas. Si a eso le sumamos que hay menos ambulancias que antes, por ejemplo, la situación se complica”.
Eso por el día, porque en las Urgencias y en el turno de noche la situación se agrava. “Por la noche hay 3 celadores para atender 280 camas”. Se oye que los celadores son una especie en extinción en este Hospital.
Hablar de Urgencias en esta época es hablar de camas en los pasillos por el pico de la gripe. “O eso nos dicen. Nosotros creemos que es una total falta de previsión”. Porque a pesar de existir un Plan de Invierno por el que los Hospitales reciben una dotación económica específica para afrontar estos picos de paciente, “lo que ocurre en la práctica es que se dan situaciones rocambolescas en las que ves como pacientes que llegan derivados de Leganés, por ejemplo, suben a planta a esas camas reservadas directamente y otros que llevan horas e incluso días en un box en Urgencias, sin baño, esperando cama tienen que seguir esperando. Este plan es insuficiente”, sentencian.
Entre el 2017 y 2018, “hay más de 30 escritos de trabajadores dirigidos a la Junta de personal con la sensación de que no llegan y de que va a pasar una tragedia. No se ha contestado a ninguno. Se han reunido con los trabajadores más ruidosos y con el resto nada de nada”, cuenta Segura. “Tienen la suerte de que el trabajo sale, gracias a que los trabajadores se dejan la piel”.
Un ejemplo. “Ha habido compañeras que se han tenido que marchar porque estaban con la regla y al no poder parar para cambiarse de tampón, la sangre se les veía desde fuera”.
Además a los trabajadores les preocupa otra práctica que se está empezando a convertir en norma. “El aumento significativo de médicos residentes”, explica Yolanda Cabrero, delegada de Amyts y miembro del servicio de Anestesia y Reanimación. “Somos un Hospital Universitario, pero basar la asistencia en residentes es peligroso”. Según UGT, la plantilla del Hospital Universitario de Getafe ha visto cómo se veían reducidos sus efectivos en 586 profesionales contratados menos en los últimos 10 años. Mientras que en 2007, 2.699 trabajadores conformaban la plantilla del centro hospitalario en 2017 lo hacían 2.113.
“Hace poco, un compañero reparó en que un usuario estaba meado hasta los tobillos. Había sido dado de alta y esperaba a que le vinieran a recoger. Contamos con un servicio de pre-alta que acompaña a los pacientes con más problemas (sin compañía, procedentes de residencias, etc.). La sala cierra a las 15 horas. Si el paciente dado de alta no ha sido recogido por la ambulancia para trasladarle a su domicilio o aún no han llegado a recogerle de la residencia antes de esa hora, se queda solo. Y pasan cosas como ésta”.
La Consejería de Sanidad anunció a principios de año que 14 centros de la región participarán en un programa piloto en el que los centros de salud seleccionados solo pasarán consulta hasta las 18.30 horas. Uno de los agraciados es el Centro de Salud de Perales del Río. Las reacciones no se han hecho esperar.
“No somos cobayas. Si quieren hacer pruebas que pregunten primero a todas las partes implicadas: médicos, enfermeros y pacientes. ¿A ti te han preguntado? Pues a nosotros tampoco”, criticaba un vecino. Para mostrar su rechazo frontal “a las medidas de aquellos que quieren convertir la Sanidad en un negocio” el Gobierno municipal conformado por PSOE e IU-CM, junto con los sindicatos comarcales UGT y CCOO, los Consejos Sectoriales de Salud y Personas Mayores, la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Getafe y la Plataforma de Centros de Salud de la Comunidad de Madrid, han acordado la celebración de distintas movilizaciones en defensa de la sanidad pública de Getafe.
La primera de ella se celebrará el próximo 13 de febrero, continuando el 20 de marzo y en abril habrá una gran manifestación en defensa de los servicios públicos. La concejala de Salud, Ángeles Guindel ha definido esta decisión de la Consejería como “una nueva agresión a la sanidad pública madrileña. Defenderemos una Sanidad Pública universal y de calidad, sin recortes ni copagos”. Los colectivos convocantes han destacado que el “PP antepone los intereses de empresas privadas a los intereses de la ciudadanía, que sufrirán un deterioro en la prestación de los servicios sanitarios, así como los y las trabajadoras del sector sanitario que experimentarán recortes de plantillas”.
¿Qué vecino del municipio no ha oído hablar de la Unidad de Grandes Quemados? No en vano, en su haber atesora decenas de premios que reconocen la excelencia y el buen hacer de los profesionales que prestan servicio en la Unidad. Profesionales que a día de hoy muestran su preocupación. “Porque la referencia que éramos en grandes quemados la vamos perdiendo”. Como explica Sandra Segura, secretaria general de UGT en la sección sindical del Hospital Universitario de Getafe “hay unas cuantas camas reservadas para esta Unidad. Pero en la práctica lo que se hace es que en esas camas se metan pacientes de UCI. Al ocuparse la unidad con este tipo de pacientes, además crónicos, el quemado no viene aquí. Vamos a perder la excelencia. Y lo decimos porque sabemos cómo funciona el servicio. Como ya está todo informatizado cuando hay un gran quemado si sale la cama como ocupada le derivan a otro centro. Por eso el gran quemado ya no viene aquí”.