GETAFE/La piedra de Sísifo (18/12/2018) – Mañana miércoles se celebra la tradicional Cena de Navidad que el Partido Popular de Getafe ofrece a su militancia. Todo el mundo espera lo de siempre: tortillas de patata, canapés variados, una cuidada selección de embutidos dizque ibéricos, minicruasán rellenos y el plato estrella, langostinos dos salsas; será regado generosamente por vino español, por supuesto, y tras los pasteles servidos de postre, se procederá a brindar por el buen resultado en las elecciones del próximo mayo, con las inevitables palabritas del, todavía candidato, Rubén Maireles.
No parece que esas viandas le hagan mucha gracia al afamado crítico gastronómico de moda, Paul Married, que se ha metido en harina y les ha cambiado el paso de un día para otro. Hay mucha expectación porque el chef propuesto es conocido tanto por lo expeditivo de sus métodos como por la cruel exquisitez de sus platos, se trata de Hannibal Lecter y este es el menú que deleitará los paladares más exigentes:
Picadillo de Maireles con puré de primarias, napado con una fina y colorista salsa de amanita muscaria que confiere a este plato un plus alucinógeno, imprescindible para decidir el voto.
Presas (de Mirene) tostadas hasta ese punto crujiente tan agradecido, que contrasta con la ternura y suavidad de los brotes verdes de ortiga que la acompañan, desagradables al tacto pero sorprendentes al gusto, aun a riesgo de adormecer las papilas gustativas (y el resto de la anatomía de quien la contemple).
Sorbete de paracaidista sorpresa. En un discreto homenaje al aterrizaje de Juan Soler en 2011, se prepara un dulce recibimiento a quien la dirección determine, con alguna diferencia de matiz; hace 8 años el paracaidista dictado por Aguirre venía con serias expectativas de victoria y el de hoy acudirá con la difícil tarea de mantener las constantes vitales.
Todavía no han decidido qué caldo usarán para el brindis porque, atendiendo a las calidades del producto y su lugar de procedencia, no está muy claro que en Suiza produzcan champagne de la calidad necesaria. Veremos.
Mientras tanto, observemos con atención pero, sobre todo, con mucho cuidado, que estas cosas suelen funcionar como los coches eléctricos, no reparas en su presencia hasta que te han atropellado.
Os deseo, como siempre, que seáis felices y si es con una ligera contribución de los Niños de San Ildefonso, mejor.