GETAFE/Varios (29/11/2018) – A pesar de que ya no se puede considerar un material novedoso, pues lleva ya muchos años siendo el protagonista indiscutible en las cocinas de la gran mayoría de hogares españoles. Las encimeras de cuarzo, que siguen conservando la misma frescura y modernidad que en sus inicios, parecen haberle ganado la batalla a antiguos materiales que se empleaban antes de su llegada como es el caso del granito.
Y es que, el cuarzo es tras el feldespato el mineral más común de la corteza terrestre, está compuesto de sílice y destaca por su dureza y resistencia. Estructuralmente se distinguen dos tipos de cuarzo, sin embargo, existen numerosas variedades entre las que cabe destacar el cuarzo hialino (cuarzo cristalizado, incoloro y transparente). Para todos aquellos que no lo sepan, en el mismísimo Museo del Prado existe una colección de diferentes piezas realizadas en este material durante los siglos XVI y XVII, con lo que se demuestra que el cuarzo puede llegar a poseer un valor incalculable además de ser una belleza digna de contemplar.
Pero, ¿por qué motivo se debe elegir las encimeras de cuarzo?
Por su gran variedad de colores y acabados, sin duda su principal ventaja. Su amplio catálogo proporcionará una solución incluso para los más exigentes.
Por su protección antibacteriana, esta cualidad de higiene única evitará una posible infección.
Porque no es un material poroso y por lo tanto será resistente a las manchas.
Por su dureza, resistencia y versatilidad, permitiendo reducir a la mínima expresión las juntas de unión.
Pero, como en todo, las encimeras de cuarzo también tienen alguna desventaja y ésta es que presentan una resistencia limitada a las altas temperaturas. Sin duda, a la hora de poner en la balanza los pros y los contras de instalar una encimera de cuarzo ganan por goleada los pros.