GETAFE/La piedra de Sísifo (20/11/2018) – Me gusta la nueva campaña argentina, llamada Cambiá el trato, apoyada en tres vídeos que meten el dedo en el ojo, que ataca las conductas machistas de las que, inconscientemente, somos testigos cada día. Puede ser quizá por una errónea, interesada, ventajista, patriarcal, acomplejada, abusiva o delictiva visión de la vida de quienes lo practican o un desinterés cómplice de quienes lo contemplan sin mover un dedo o moviéndolo mirando para otra parte. Esta campaña aborda ambas facetas y ese planteamiento novedoso es lo que le da un punto interesante por poco frecuentado.
Salvo que haya más y no los haya visto, se compone de tres escenas breves:
En la primera, dos jóvenes; uno con una moto muy ”masculina” comienza a decir burradas ofensivas a una muchacha que no sale en plano y que, al parecer, lleva un pantalón corto. Su amigo le recrimina su actitud y le hace ver su conducta es una agresión que, como mínimo, asusta a su víctima y que cada persona puede ponerse la ropa que crea oportuna sin que eso tenga ninguna otra interpretación de carácter sexual. El primero reflexiona y es consciente de su comportamiento machista.
La segunda es una conversación en la que un hijo le hace ver a un padre que es un maltratador con su madre; la anula, ningunea, humilla y desprecia y esa no es la actitud con alguien a quien quieres.
La tercera escena refleja el comportamiento, lamentablemente abundante entre determinados jóvenes, consistente en subir a redes sociales imágenes íntimas de personas con las que han tenido relaciones, desoyendo su prohibición y que luego se difunden de forma incontrolada. También es un amigo quien se lo recrimina porque ese es el leit motiv de la campaña, que quien es testigo cercano afee la conducta del machista de turno.
Como nadie es perfecto, la campaña tiene un defecto aquí: Los actores son argentinos. No falta quien opina que esas cosas no ocurren en España, que en Argentina sí porque están más atrasados (¿?) y tienen un carácter más apasionado (¡¿?!), pero aquí no. Me gustaría ver cómo reaccionan estos aspirantes a Master Cuñao, cuando se dé el caso en el bar que frecuentan y, al aparecer en televisión la noticia de casi cada día, de un asesinato machista, salga el “estalentao” de turno con el palillo en la comisura y, entre trago y trago del sol y sombra, espete el clásico “algo habrá hecho…”. Veremos si se lo recrimina (aunque no sea argentino), mira para otro lado o le “ríe la gracia”.
También puede darse el caso de contemplar una conducta similar pero en la sala de un juzgado, como ya ha sucedido, a ver por dónde sale el cómplice nacionalista.
Si esta campaña ayuda a hacer pensar y corregir actitudes y comportamientos machistas, que creo que algo conseguirá, bienvenida sea porque tiene otro efecto colateral: Desenmascarar a los cobardes que las toleran y avalan con su silencio. Mientras tanto, no os calléis y sed felices.