Segunda parte: Moscú

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

GETAFE/Look total (29/10/2018) – Hoy vengo con la segunda parte de mi viaje a Rusia, Moscú. La capital es la segunda ciudad de Europa más poblada después de Estambul y eso, se nota.

En tren desde San Petersburgo a Moscú, un fascinante viaje en el que se van descubriendo, como en una matrioska, las múltiples capas de la época de los zares y la era soviética.

Nada más llegar fuimos a la iglesia de Cristo Salvador (impresionante) porque allí era donde teníamos que recoger nuestra citypass (como ya os dije en el otro post, son súper útiles para viajes europeos, evitas colas y ahorras dinero).

Una vez centrados nos encaminamos directos a la Plaza Roja. ¡Cómo no! Estaba impaciente por ver el Kremlin (con su plaza de las 5 catedrales), la residencia de Putin y unos jardines de lo más cuidados. La plaza es simplemente maravillosa e impactante, se corona como una de las favoritas de mi mundo recorrido. La Plaza Roja no se llama así por el color del edificio del Museo Estatal de Historia que la flanquea por uno de los lados, ni por el color simbólico del comunismo. Plaza Roja (krásnaia) quiere decir, traduciendo del ruso antiguo, plaza bonita, es el ombligo delicado de toda la ciudad. La ciudad de Moscú es gigante. Y de hecho después de viajar ya bastante, creo que es una de las más grandes que he conocido. Y como somos así, nos la pateamos en su mayor parte. Justo en la Plaza Roja están los almacenes GUM, jamás había visto tanto lujo junto y a la vez mezclado con gente de todos los niveles, paseando y recorriendo los almacenes comiendo el mejor helado del mundo (que están en pequeñas heladerías por los pasillos. Sí, doy fe, están buenísimos). Es en estos almacenes donde se encuentra el buffet soviético (Stolovaya57) donde puedes comer todo tipo de comida rusa y también de otros países como antiguamente hacían los rusos (es sin duda interesante), puedes saborear la sopa borsh (una sopa hecha a base de remolacha, carne, patata y salsa agria), los blinis y solomillo strogonoff que son delicatessen que harán que palpiten tus papilas.

Al día siguiente nos recorrimos la universidad estatal, hicimos el tour del palacio del pueblo, que es el metro de Moscú, y sí, todo lo que dicen de él se queda corto, es impresionante, cada parada te deja boquiabierto. Y acabamos viendo la panorámica más bonita de la ciudad financiera y la Plaza Roja, una panorámica de contrastes desde Sparrow Hills.

Por supuesto cada noche no podíamos dejar de ir a la zona de los bulevares, la calle Arbat, de las principales de la ciudad, donde también compramos nuestros souvenirs por menos precio y se podía disfrutar de música en directo en cada esquina.

Uno de los días nos aventuramos en el tren ruso a 100km de Moscú, tardamos unas 2h, pero merece la pena, te adentras en la vida de ellos más y te haces un poco más a la idea de lo que es la estepa rusa. Llegamos hasta Sergiev Posad, un pueblo con una mini Kremlin y un monasterio que te deja sin palabras, muy recomendable.

Un viaje genial, del que me llevé una sorpresa muy grata, tanto del país como de la gastronomía pero sin duda, de ellos, de los rusos, que son la gente más amable con la que yo me he cruzado en mis viajes, a pesar de hablar muy poco inglés se desvivían por ayudarte y eso, siempre lo destacaré.

Volvemos al mundo de la moda y os cuento que en mis días por Moscú mis looks fueron de lo más cómodo pero siempre con toques de tendencia como ya sabéis. Pero siempre con mis básicos en la maleta.

Los básicos para viajar en otoño

Trench

Soy fan de los trenchs y/o gabardinas. ¡Y es que es normal! Elegantes y atemporales, son el abrigo perfecto para los primeros días de frío y, además, son una prenda 100% camaleónica, ya que se adaptan a cualquier tipo de look. Si buscas el abrigo definitivo que meter en tu maleta de mini vacaciones, lo has encontrado.

Bolso shopping o mochila

A la hora de elegir el bolso perfecto para llevar contigo de vacaciones debes tener en cuenta tres cosas:

  1. Que sea cómodo de llevar.
  2. Que tenga el tamaño perfecto, es decir, ni demasiado grande ni demasiado pequeño.
  3. Que combine con el resto de tu ropa.

Y es que cuando sales fuera de casa al final el bolso se convierte en tu fiel amigo. En él acabarás guardado el mapa, tu libro de lectura para los trayectos, la cámara de fotos, los regalos que compras… Piensa en un complemento cómodo y con cremallera para que todo lo que guardes no se pierda.

Botas

En otoño no te la juegues con el calzado y no olvides incluir un par de botas en la maleta. Las hay de agua extra flexibles para que puedas guardarlas sin ocupar apenas espacio

Vaqueros

Aunque este año vuelven los pantalones de pana para viajar lo mejor son jeans . Siempre te sacarán de problemas. Los podrás usar tanto por el día como por la noche, en plan sport o formal.

Chaqueta

Sin duda este otoño las chaquetas vaqueras, de cuero y las chaquetas de cuadros son una auténtica necesidad en tu fondo de armario. Si quieres ir a la última pero además sentirte cómoda en tu viaje esta prenda no puede faltar en tu equipaje. Podrás combinarlas fácilmente y ocuparán poco espacio en tu maleta.

Gorro

Los gorros, sombreros o gorras son esenciales para resguardarnos del frío durante un viaje en otoño. Este año, además de los elegantes y estilosos sombreros vuelven las boinas y las gorras, este accesorio dará el toque chic al otoño.

Y tú, ¿ya tienes tus básicos?

¡HASTA PRONTO!

[Y siempre, siempre, siempre…diviértete combinando]

“Viajar, cambiarla la ropa al alma”

 

Redacción Getafe Capital

1 Comment

  1. Teresa

    30 octubre, 2018 at 19:36

    Hola! Me encanta leer a esta chica, me parece que aporta mucha frescura. Gracias y sigue así.