GETAFE/Palabra de concejal (08/10/2018) – El pasado viernes se celebraba el Día Mundial de los Docentes, una fecha en el calendario que no pasa desapercibida en nuestra ciudad y nuestra región. Cuando hablamos de educación pública, de forma habitual centramos nuestra atención en los niños, niñas y sus familias, como receptores de uno de los pilares más importantes del Estado del Bienestar. Sin embargo, muy poco se habla sobre maestros, profesoras y docentes en general.
Ellas y ellos sufren en primera persona todos los problemas que se generan en torno a la educación pública. Aulas con niños y niñas por encima de la ratio recomendada para poder desarrollar bien sus clases, colegios e institutos en los que las salas de profesores se convierten en aulas improvisadas por la falta de espacio o los ruidos y molestias de las obras en el pabellón de al lado debido a la construcción por fases.
La docencia, esa vocación magnífica por enseñar a los demás, se enfrenta a diario a la falta de decencia de la nula apuesta por la educación pública del PP en la Comunidad de Madrid y anteriormente en el Gobierno de España. Desde Esperanza Aguirre hasta Ángel Garrido, pasando por Ignacio González y Cristina Cifuentes, la Comunidad de Madrid lleva décadas dinamitando la educación pública.
Solo el coraje de nuestros docentes está consiguiendo mantener el alto nivel educativo de la región, porque a pesar de las dificultades, cada día se enfrentan a su responsabilidad con el mayor tesón posible.
En Getafe el desprecio de la Comunidad de Madrid se ha multiplicado los últimos tres años, especialmente en lo que se refiere a las obras. Colegios que llevan una década construyéndose, escolarizaciones en centros educativos que no existen todavía, cursos escolares que se inician sin que se cumplan con las garantías mínimas que marca la ley para poder impartir clases, retrasos constantes en las ampliaciones y un largo etcétera.
Cuando salimos a la calle a reclamar una educación pública de calidad también lo hacemos para defender el protagonismo de los y las docentes. Porque las inversiones en positivo que realizamos desde el Ayuntamiento en los colegios cada verano, este año más de 1.500.000 euros, también redundan en su buen trabajo. Pero sobre todo, porque queremos que nuestros hijos e hijas aprendan de los y las mejores, que lo hagan en las mejores condiciones y siempre valorando y respetando sus funciones.
¡Felicidades y gracias a los y las docentes!