Del mismo modo que la dieta vacacional tiene el pernicioso efecto de encoger la ropa, sobre todo en la parte de la cintura, según se van tachando días en el calendario buscando el 26 de mayo, se van tensando las comisuras de los labios alcaldables, provocando sonrisas permanentes, de apariencia natural o forzada, según la costumbre que tenga su propietario/a. Hay rumores insistentes que afirman haber visto sonreír y hablar con periodistas y ciudadanos a Daniel Pérez. Llevo varias horas tratando infructuosamente de confirmar este asombroso extremo, pero ahí lo dejo, todo sea por la sagrada información