GETAFE/Palabra de concejal (10/09/2018) – Septiembre es el mes en el que los malos estudiantes, aquellos que suspendieron en junio, reciben una segunda oportunidad para enmendar sus errores y examinarse de nuevo con el objetivo de evaluar su trabajo. Ha sido el caso de la socialista Sara Hernández, que ha desaprovechado las dos convocatorias y ha cosechado una calificación inapelable: muy deficiente en Educación.
El suspenso es merecidísimo por su ineptitud, por sus torpezas, por su dejadez, por su imprevisión, por su arrogancia y por sus engaños. Coinciden conmigo -porque así me lo han transmitido- la mayoría de las familias que tienen a sus niños matriculados en los colegios Ciudad de Getafe y La Alhóndiga.
¿Qué ocurre en estos dos centros escolares? El Gobierno de Sara Hernández los tiene completamente empantanados desde hace más de tres años. En todo este tiempo, el PSOE no ha sabido rematar las obras de rehabilitación de los colegios, que fueron proyectadas en la anterior legislatura por el Partido Popular de Getafe. La principal consecuencia de esta situación es que los niños de La Alhóndiga iniciarán por tercer año consecutivo el curso entre tractores, hormigoneras, ladrillos y obreros.
Más de tres años para cambiar dos ventanas y pintar cuatro paredes y, aún así, las obras no han acabado. ¿Se puede ser más incompetente? ¿Se puede ser más ineficaz? La respuesta es simple: no. Y la única responsable es la socialista Sara Hernández, a la que se le debería caer la cara de la vergüenza por su mala gestión y por haber mentido a las familias de La Alhóndiga durante todos estos años sobre la fecha en la que iban a finalizar los trabajos de remodelación.
Pero el colmo del cinismo, del descaro y de la desfachatez socialista tiene su continuación en otro lugar: Buenavista. Hace unos días acudí al barrio a fin de acompañar al consejero de Educación para visitar el nuevo colegio María Blanchard, construido por la Comunidad de Madrid y cuyo estreno ha sido un auténtico éxito. Me encontré a la entrada del centro con un escrache en el que participaron concejales de Podemos, y que me recibió con veladas amenazas y al grito de ‘hijo de puta’ y ‘sinvergüenza’.
Lo curioso, lo llamativo es que protestaban porque, según ellos, los trabajos de construcción del colegio María Blanchard no iban a estar finalizados antes de que se iniciase el curso escolar, pero la realidad se impuso una vez más a la propaganda y, en su día de estreno, el centro acogió sin problemas a los 73 alumnos matriculados. Debe ser que les dolía que una institución como la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular, hubiese cumplido su promesa de dotar a Buenavista de una infraestructura educativa de calidad.
Justo al lado del nuevo colegio se extiende un enorme secarral en que la socialista Sara Hernández había prometido levantar la escuela infantil del barrio. Incluso había anunciado que se iba a inaugurar en el curso escolar que se inició unos días atrás, pero aún ni siquiera se ha puesto un solo ladrillo. Por resumir: la Comunidad de Madrid acaba de poner a disposición del barrio un centro educativo moderno, pero el PSOE -con la connivencia de Podemos- solo puede ofrecer a las familias de Buenavista un descampado y un erial desangelado.
Por las eternas obras de los colegios de La Alhóndiga, por los engaños a las familias del barrio, por la inexistente escuela infantil de Buenavista, por la suciedad que existe en los centros educativos de Getafe, por el caos a la entrada de los colegios de San Isidro, por las obras mal planificadas en el entorno del colegio Ortiz Echagüe y por un sinfín de negligencias, la socialista Sara Hernández recibe un muy deficiente en Educación.