Españolito que vienes al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.Antonio Machado
GETAFE/Todas las banderas rotas (05/09/2018) – Mientras pensaba cuál habría de ser el tema del artículo con que abriera el curso político, ha caído sobre la actualidad uno que me ha obligado a olvidar cualquier otro.
El presidente del Gobierno ha anunciado, desde el extranjero, que el Valle de los Caídos ya no será un lugar de reconciliación ni se procederá a darle una significación distinta de la que tiene, es decir, de la que el franquismo le dio y se ha mantenido hasta hoy. A lo más que llegará, según ha dicho, es a reconvertirlo, como quiere Ciudadanos, en un cementerio civil pero manteniendo la basílica y a la comunidad de frailes católicos. ¿Solo a mí le parece incongruente un “cementerio civil” situado en el interior de un recinto religioso?
Mi perplejidad se une a la de otros muchos dentro y fuera del PSOE, incluso dentro del Gobierno. He de decir, primero, que estimo muy imprudente que todo un presidente de Gobierno haga una declaración de tanta trascendencia, que contradice una decisión tomada hace solo unos meses por su partido y defendida por su gobierno, sin consulta o reflexión, por lo que parece, en los órganos que deberían participar de tal decisión, es decir, Gobierno y ejecutiva del partido. Mantengo la esperanza de que haya una rectificación pero, si eso ocurre, ¿cómo se explicará el anuncio presidencial y la posterior rectificación?
Porque debemos recordar que el artículo 29 de la proposición de Ley presentada por el PSOE y publicada en el BOE el 22 de diciembre de 2017 decía, entre otras cosas, lo siguiente:
“El Valle de los Caídos será lugar de memoria de las víctimas de la Guerra Civil Española y la Dictadura franquista de acuerdo con los principios de pluralismo, reconciliación, paz y democracia que consagra la Constitución”; “El Valle de los Caídos se reconvertirá en un centro nacional de Memoria, impulsor de la cultura de la reconciliación, la memoria colectiva democrática y la dignificación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil Española y la Dictadura”; “Será un lugar de información, conocimiento, identificación, dignificación y homenaje de aquellos cuyos restos se encuentran allí inhumados”.
Si esta era la posición del PSOE hasta hace unos días, el presidente del Gobierno debería explicar los motivos que le llevan a cambiarla y si tal cambio es compartido por el partido y el Gobierno. Lo que parece evidente es que, independientemente de la ideología o adscripción política de los opinantes, la declaración del presidente del Gobierno no ha sido bien acogida por la izquierda mientras que ha dado munición a la derecha.
Junto a muchísimos otros españoles demócratas aplaudo la decisión, que se mantiene, de exhumar los restos del dictador Franco y llevarlos a otro lugar. Pero eso no basta. Porque eso se hace debido a que no es admisible que en un Estado democrático se rinda ningún tipo de homenaje a quien se levantó contra un gobierno legal y democrático, provocó una incivil guerra y mantuvo durante décadas una cruel dictadura en la cual murieron asesinados cientos de miles de compatriotas, no por haber cometido algún delito, sino por el solo hecho de no estar de acuerdo con el régimen dictatorial implantado a sangre y fuego.
Pues bien, esas razones por las que a Franco se le debe privar de cualquier atisbo de homenaje, son las mismas que justifican que, si no es posible que desaparezca el monumento que el dictador mandó construir para conmemorar su victoria, haya de cambiarse el significado que hasta ahora ha tenido; como dice la proposición presentada por el PSOE en diciembre pasado, repito, en el futuro debería ser un “lugar de memoria de las víctimas de la Guerra Civil Española y la Dictadura franquista” y reconvertirse “en un centro nacional de Memoria, impulsor de la cultura de la reconciliación, la memoria colectiva democrática y la dignificación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil Española y la Dictadura”. Solo así estaríamos caminando por la senda democrática que este país se merece porque se la ha ganado con muchísimo esfuerzo y, sobre todo, con la sangre y el sufrimiento de muchos que ya no podrán verlo.
El presidente del Gobierno ha de explicar qué es lo que ha cambiado para que ya no sea así y convencernos porque, si no lo hace y todo el cambio que se produzca en el Valle de los Caídos se reduce a sacar los restos de Franco de la tumba que actualmente ocupa, pero se mantiene la basílica y culto católicos y se renuncia a que sirva para impulsar la reconciliación, la memoria, la dignificación y reconocimiento de las víctimas del franquismo, seremos muchos los que nos sintamos defraudados y engañados.
El Valle de los Caídos fue construido, como ya he dicho, para conmemorar la victoria de una parte de España contra otra pero, además, lo construyeron presos políticos, es decir, españoles perdedores de aquella guerra que fueron obligados a erigir un monumento a mayor gloria de quien primero les había vencido y, después, esclavizado. Por tanto, la consecuencia de no cambiar radicalmente la significación del Valle de los Caídos, además de una burla, otra más, a las víctimas del franquismo, supondría el mantenimiento de las dos Españas machadianas.
No podemos permitir que en 2018 y en un Estado democrático una de las dos Españas nos siga helando el corazón.
jose valentin ramirez
5 septiembre, 2018 at 9:36
Buen inicio de Curso.. Aunque entiendo perfectamente el titular. Todavía (si no leen el texto), habrá personas que entiendan «las dos Españas» como una balanza. Hay una España democrática y la otra España, es franco-fascista, antidemocrática, violenta y asesina. Nosotros queremos la concordia. Quien no la quiere es quien quiere «olvidar» los miles de cadáveres de personas asesinadas por se demócratas (no socialistas o comunistas) con ser sólo demócratas .. el tiro en la nuca.. (vergüenza de occidente). No quiere la concordia quien quiere seguir rindiendo homenaje a Franco en un lugar público… que según Ribera el «rompe lazos» (todos los lazos) los lugares públicos deben ser «neutrales» .. o todo lo mas, franquistas.