GETAFE/La piedra de Sísifo (17/07/2018) – Según se van acercando las vacaciones, se me va representando esa escena tan conocida de un viaje en el coche, cuando faltan alrededor de 100 km. notas que la vejiga empieza a quejarse y piensas; “¡Bah! Solo es un rato, aguanto de sobra” y, efectivamente, aguantas con suficiencia hasta que estás aparcando y un súbito pinchazo te hace pensar alarmado “¡no llego, no llego, no llego…!”. Pues esto es igual, cuando acabas de volver te conciencias en que te quedan once meses, luego, seis, tres, y cuando entras en las últimas semanas se te hace de un largo insoportable.
Yo me he conjurado para intentar aburrirme como una piedra durante el mes de agosto y que se me haga eterno, porque, según nos incorporemos en septiembre, será un no parar con la aguja del cuentarrevoluciones en lo rojo hasta finales de mayo que se celebren las elecciones municipales, autonómicas y europeas; concretamente el domingo 26 y sin tiempo de deshacer la maleta empezarán los líos de los unos contra los otros, terceros y cuartos en discordia con ínfulas de primeros, outsiders sedientos de fotos, escenarios surrealistas, propuestas kafkianas, ataques y contraataques de armamento pesado y, en general, “hondonadas de hostias”, que diría el impagable Pazos de Airbag, que si te pillan en medio terminas con algunos puntos de sutura, como mínimo.
De momento todos van tomando posiciones, deseadas o no:
Un PSOE cómodo en cabeza, reforzado y de qué manera por el tirón indiscutible del “efecto Sánchez”, y que sabe que, con no cagarla estrepitosamente, tiene la victoria en la mano. Les hace mucha ilusión ganar holgadamente y saber qué se siente llevando solo una o dos responsabilidades importantes por edil y, sobre todo, que eso de gobernar con presupuestos, tiene que ser ya la releche.
El PP aparenta haber entrado en barrena, con líos internos a escala nacional que se unen a sus perennes asuntillos judiciales que no han hecho más que empezar. Entrando en las expectativas locales, un candidato con menos tirón que una cáscara de naranja en una papelera, no augura nada que no sea un esfuerzo desatado por no tocar fondo electoral.
Ahora Getafe que, si nada cambia, se presentará con la marca original Podemos; capitalizó en su momento un enorme caudal de ilusión, sobre todo joven, pero la ha derrochado a manos llenas con luchas fraticidas sin toma de prisioneros, decisiones incomprensibles unas y horrorosamente comprensibles otras, actitudes cercanas al endiosamiento, distancia del común ciudadano y propuestas alejadas de la realidad que no les han ayudado nada en su pretendida consolidación.
Ciudadanos se las prometió muy felices durante unas semanas en las que el soufflé crecía y crecía pero se les ha venido abajo antes de sacarlo del horno. Sé que no les hace demasiada gracia la especulación sobre un relevo en su cabeza de lista, pero se basa en que la estrategia local de propuestas y perfil bajo, no tiene nada que ver con la adoptada por Rivera y sus mariachis: agresiva, sobreactuada, despreciando la verdad y la lógica en muchos casos y desafiando el sentido común y los “derechos de autor” en la mayoría de sus actuaciones.
Al resto de formaciones, sinceramente, no las veo en el Pleno. Es legítimo que luchen por hacerse sitio, que se reivindiquen con más o menos acierto y que apliquen la vetusta tesis de, si no te siguen, cuando veas un grupo de gente, corre y ponte delante… la foto puede salir aparente pero ya no cuela.
Resumiendo, que el olor a vacaciones va siendo cada vez más intenso y habrá que empaparse bien de él para sobrevivir dignamente a lo que nos espera. Mientras tanto, sed felices.