GETAFE/La piedra de Sísifo (03/07/2018) – En medio de ese tour de las Arcaicas del PP, que está llevando a sus 6 presidenciables a recorrer toda España sin orden ni concierto, Getafe ha sido premiado con la visita de la, todavía, Secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, el pasado jueves, 28 de junio.
Fue recibida por la Orquesta y Coros de imputados (perdón, investigados) del partido en Getafe, que interpretaron para ella todos los grandes éxitos de la derecha getafense a voz en grito y vena hinchada. Las emociones estaban a flor de piel cuando se arrancaron con los primeros acordes de “Un paracaídista en la Cibelina”, dedicado al exalcalde popular o la versión coral de “Lo tuyo es puro teatro”, que hizo saltar las lágrimas a más de uno.
La candidata; que acudió acompañada de Pío García Escudero, apagafuegos en el PP madrileño y miembro destacado de esa élite discreta del Club PB (Papeles de Bárcenas); recabó apoyos entre las filas de la militancia local con un discurso informal que tuvo sus momentos simpáticos, como cuando afirmó que, desde el 21 de julio, tienen que salir a “comerse el mundo” y todos los presentes buscaron con la mirada al afamado gastrónomo Juan Soler, o cuando hizo un guiño cómplice al candidato a la alcaldía getafense, diciendo Maireles, hoy sales en la tele…
Ante la magra presencia de militantes, 7 escasamente, preguntó cuantos afiliados había en Getafe y le respondieron que más de 800. Pues no lo entiendo, dijo Loli con gesto de disgusto; pues si no lo entiendes tú… contestó un militante anónimo que pasaba por allí y se encontró con la tostada.
Se especula con que Cospedal no es la única candidata con predicamento en Getafe, incluso se afirma que si a Soraya se le ocurriera visitarlos algún día, encontraría más partidarios que la candidata del aparato, por lo menos diez, insisten con suficiencia.
De los apoyos al resto de candidatos, las cuentas dicen que no pasarían de decimales; o lo que es lo mismo: un pie de Margallo, una oreja de Joserra o un máster de Casado. Todo ello imposible de demostrar.
Mientras ellos dilucidan quién llevará las riendas de su partido, procuremos salir ilesos de tanta promesa, especulación, maniobra e, incluso, amenaza. Ilesos y felices, añadiría.