GETAFE/Palabra de concejal (25/06/2018) – Según Ecoembes, España es uno de los países con mayor índice de reciclaje de sus envases plásticos y metálicos, sin embargo, España es también uno los países que más vertidos plásticos y metálicos vierte al mar, año tras año, y la cantidad no deja de aumentar. ¿Es esto posible? ¿Cómo puede ser?
Las directivas sobre residuos del Consejo Europeo establecen una jerarquía clara sobre la gestión de residuos, que prioriza la Reducción y la Reutilización sobre las distintas formas de Reciclado .
Es decir, la primera prioridad debe ser reducir los residuos que generamos (por ejemplo, eligiendo productos con pocos envoltorios), reducir el consumo de cada producto a la cantidad mínima imprescindible y, del mismo modo, reducir la producción para adecuarla a ese consumo mínimo y que no haya excedentes.
En segundo lugar, una vez producido el producto, la prioridad debe ser aumentar la vida útil de cada producto para que pueda reutilizarse el mayor número de veces posible, ya sea para su función original (retornar las botellas de vidrio para que puedan ser reutilizadas) o darle nuevos usos (reutilizar como jarrón una botella de vidrio).
El Reciclado queda, por tanto, como último recurso, para aquellos en los que resultaba imprescindible producir el producto y ya no es posible seguir utilizándolo, es decir, aquellos casos en los que todo lo demás ha fallado. Se trata de una medida final, para que una vez alcanzada la vida útil del producto, su eliminación genere nuevos materiales con los que iniciar un nuevo proceso de producción… Nada nuevo bajo el sol, justo lo que aprendimos en la escuela sobre las 3 erres.
Estas políticas pretenden hacer frente a las consecuencias de las políticas de obsolescencia programada (residuos generados) que las industrias ponen en práctica para asegurarse una venta continuada acorde a su creciente capacidad de producción. De entre todos los residuos destacan los envases, que en muchos casos han llegado al nivel de obsolescencia máximo: un solo uso.
La industria productora de envases está agrupada en la Sociedad Anónima Ecoembes y es dirigida por los principales productores. Ecoembes ofrece la gestión de los residuos valorizables de sus asociados, constituyendo en la práctica un monopolio privado que deja fuera la gestión de residuos -igualmente reciclables- que no provengan de sus asociados. Es decir un juguete fabricado con el mismo material que un envase sería considerado un “impropio” en el contenedor en el que se recoge los envases fabricados con ese mismo material. Además, promueve el aumento del consumo de envases reciclables de revalorización inmediata (usar y tirar), frente a la Reducción o la Reutilización . Debido a la ineficiencia de la recogida, tanto de envases como de otros plásticos, precisa de la incineración (valorización energética) para reducir el porcentaje de residuos que acaban en los vertederos (eliminación).
Es decir, que como a Ecoembes le supone un aumento desmesurado en su cuenta ingresos, estamos priorizando la tercera de las erres, el Reciclado , y estamos dejando de lado las dos más importantes: Reducción y Reutilización . No hace tantísimo tiempo que los refrescos, por ejemplo, se distribuían en botellas de vidrio que se devolvían en los supermercados. ¿Quién no recuerda las botellas de gaseosa? Más fácil de recordar son las 25 pesetas que se dejaban en depósito con las botellas de cerveza. Era raro encontrar botellas en los parques. Las embotelladoras se encargaban de recuperar sus botellas sin delegar en los servicios de limpieza municipales su recuperación.
La gestión del vidrio reutilizable en hostelería también se ha mantenido oculta al usuario final; hoy Ecovidrido (Ecoembes) se plantea sustituir completamente por vidrio de usar y tirar. La sustitución lleva años produciéndose. Basta observar la rutina de cualquier bar para ver cómo ha aumentado la cantidad de vidrio que introduce en el contenedor. No se trata únicamente de vasos, que ya sabemos que Ecovidrio considera residuos impropios. Se trata también de botellas de cuarto de litro o de un tercio. Podrán presentarnos cifras del aumento de toneladas de vidrio reciclado pero, contraintuitivamente, es una mala noticia. Si estimamos 15 usos para cada botella reutilizable, podríamos decir que se está multiplicando por ese mismo número los residuos generados y que, en el caso de Getafe, recogerán los servicios de Lyma. Este aumento en la carga de trabajo que será realizado por la Sociedad Anónima Municipal Lyma no es visto por esta como un problema ya que la propia Lyma hace suyos los intereses y objetivos de Ecoembes olvidándose de la prevención de residuos.
Es decir, en lugar de reducir los residuos, aumentamos los reciclables para que estos aumenten su peso porcentual en la cuenta total. Sin entrar a debatir si produce más CO2 fabricar una nueva botella o lavarla para rellenarla, asistimos perplejos a la última campaña publicitaria de Ecoembes. Nos promete contrarrestar 10 minutos de tubo de escape con 6 latas, 6 botellas de plástico, etc. Obviamente, confunde al usuario, haciéndole pensar que del tubo de escape sale CO2 y no NO2 (que a su vez provoca O3), SO2 y multitud de micropartículas (PM2.5 y PM10) que son las que están provocando 30.000 muertes prematuras al año en España. La confusión de los diferentes contaminantes entre los profanos es habitual. Flaco favor se le hace a nuestra salud y medio ambiente haciendo pensar a nuestras vecinas y vecinos que si en lugar de beber agua del grifo, consumen y reciclan 6 botellas de agua, contrarrestarán su contribución a la boina de contaminación.
Sacar de nuestras calles estas campañas falaces estaría bien pero más importante aún sería que se orientaran a replantearnos la cultura de usar y tirar para reducir los residuos que generamos, a reutilizar y alargar la vida útil de todos los productos.
En estos momentos se está planteando en el Congreso una proposición de Ley que desarrolle una estrategia para la reducción de los plásticos de un solo uso que contempla, entre otras medidas, la reintroducción del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno que serviría tanto para volver a la reutilización de envases como para la optimización del reciclado.
También prevé que sean las propias administraciones las que lideren la reducción de residuos con su ejemplo: dejando de vender o suministrar botellas agua de un solo uso en sus instalaciones, instalando fuentes de agua potable de acceso gratuito en los edificios públicos, implantando sistemas de depósito para evitar el abandono de envases y vasos, gestionando correctamente los envases en los acontecimientos públicos que tengan el apoyo -organización, patrocinio, etc.- de las administraciones públicas, etc.
Tal y como empezaba este artículo: nada nuevo bajo el sol. Conocemos el problema y sabemos las soluciones, nos falta querer aplicarlas desde las administraciones públicas -priorizando nuestra salud por encima de los beneficios multimillonarios de empresas y organizaciones- para resolver el problema.