«Somos los lugares donde habitamos»
GETAFE/Tribuna con acento (04/06/2018) – Solo a titulo de recuerdo, señalar que a partir de los años cuarenta, en Getafe, se registra un fuerte crecimiento industrial. Junto a la presencia de Construcciones Aeronáutica SA (1923) y Ericsson (1924) ya existentes, años más tarde se instalan grandes empresas como Uralita (1945), Azma (1947), Vidaurreta, Lanz (1954) -hoy John Deere-, Kelvinator (1959), Siemens (1960), y otras de menor entidad… Hoy algunas de ellas han desaparecido pero han dejado sus huellas. A los pueblos de la zona sur, en aquel entonces, se le otorgó la función de acoger los excedentes poblacionales del éxodo rural, además de servir como emplazamiento a un cinturón industrial. Con la revolución tecnológica estamos asistiendo a las transformación del paisaje industrial. Asistimos a la presencia de Polígonos de Actividad Logística o Centros de Transporte cuya función es recibir, clasificar, almacenar y gestionar la distribución a los minoristas de toda suerte de productos. Y los contratos de trabajo tienen una fuerte presencia temporal.
… PERO LA CRISIS TIENE UNA DIMENSIÓN ESPACIAL, uno de cuyos aspectos más relevantes es, sin duda, el crecimiento de la desigualdad social y su impacto sobre los territorios. Así lo muestra el mapa de las periferias del SUR: lo que se viene a denominar “las afueras” de la gran ciudad; allí donde se instalan las depuradoras, los basureros, las empresas y residuos contaminantes… Los pueblos de la Comarca Sur, Getafe en concreto, no se libran de esos espacios y empresas abandonadas, lugar de escombreras con presencia significativa de elementos y partículas contaminantes, como el amianto entre otros.
El amianto gracias a sus extraordinarias condiciones ignífugas y aislantes, por su bajo precio, su maleabilidad y ligereza, fue generosamente empleado en materiales de construcción, revestimientos aislantes de embarcaciones y trenes, cables y tuberías. Sin embargo el material encerraba un peligro mortal para trabajadores y trabajadoras y todos aquellos que lo manipulaban tal y como afirmaba hace unos años la sentencia del Tribunal Supremo con referencia a la fábrica de Uralita de Getafe. (Europa Press Madrid 28/12/2015). Las fibras de asbesto siguen y están presentes, como se ha podido certificar recientemente, hasta en los vagones del Metro. Diversidad de sentencias constatan que las fibras microscópicas que lo componen pueden quedar suspendidas en el aire y ser respiradas con el consiguiente repercusión en la salud.
A pesar de los años transcurridos, todavía hoy, en los aledaños de la antigua fábrica Uralita, los alrededores de la estación de Cercanías Renfe Industrial, en las antiguas empresas de Cojinetes de Fricción, Radiadores Madrid, en el trayecto de la Calle Las Hilanderas y la Carretera desde Andalucía M-406 hacia Getafe están presentes los residuos…. Basta un simple recorrido a pie en este área industrial envejecida, para visualizar el abandono de esta zona por las Administraciones (local y autonómica). A lo largo de todo este trayecto encontramos elementos dispersos, como bloques de cemento, aceites, llantas de automóviles, piezas de uralita, plásticos… que son testigos de la ausencia y desidia de los anteriores propietarios de las empresas y de la propia Administración Pública, para afrontar gastos que se generen por la demolición, incluyendo la retirada, tratamiento, manejo y traslado a los vertederos que legalmente corresponda. Junto a este paisaje desolador se encuentran las flamantes empresas de AIRBUS, COFREMAR, SEUR, CAS-DIPLO, entre otras.
Como viene a indicar la Agenda Urbana Sostenible (Mayo 2018), uno de los retos más importantes que tiene planteado en la actualidad el urbanismo es el desarrollo territorial y urbano sostenible. Las autoridades públicas y el ayuntamiento, tienen una gran responsabilidad al no aplicar la normativa existente, poniendo en marcha medidas coactivas de prevención para subsanar dichos vertidos incontrolados y especialmente aquellos que tienen impactos sobre la salud. Urge tomar medidas.