GETAFE/Varios (26/06/2018) – Parecía que no llegaría la luz nunca, pero por fin el sol ha entrado para quedarse de forma habitual durante unos meses. Y con él, la claridad.
Gracias a esa luz natural, cualquier rincón que disfrute de una ventana, consigue llenarse de vida.
Para esos rincones donde apenas llega luz natural, existe un truco que siempre ha funcionado y del que los decoradores siempre han tirado para conseguir hacer magia: los espejos.
Conseguir que una estancia se llene de luz gracias a los juegos de espejos y reflejos puede marcar una diferencia increíble en la forma de entender el espacio.
De pie, de pared, redondos, rectangulares o cuadrados, grandes o pequeños…todo vale para jugar con la incidencia de la luz.
“La calidez de la luz natural no tiene comparación. Durante el día, el beneficio de conseguirla beneficia no solo a la vista sino también al estado de ánimo de las personas. De ahí que, cuando se empezaron a construir viviendas más pequeñas, con estancias menos luminosas porque eran de interior, los decoradores buscaran ese juego de luces y penumbra que aportan los espejos” comentan los responsables de Livingo España, un aglutinador de marcas y productos que, gracias a su éxito en otros países, llegó a nuestro país a revolucionar la forma de buscar y comprar mobiliario.
Acostumbrados a ir a varias tiendas antes de decidirse por un producto, la posibilidad de usar su plataforma como comparador de productos, donde la mayor parte de las marcas del mercado vuelcan su oferta y referencias, ha servido para acostumbrar también a una población a comprar este tipo de productos online.
La ventaja de los espejos es que da igual el estilo en el que esté decorado un espacio porque existen modelos que cumplen para encajar. Sencillos, grandes o pequeños, con marcos anchos, estrechos, más recargados o de distintos colores, cualquier habitación puede encontrar el complemento perfecto dentro de la oferta existente en el mercado.
Tal es su versatilidad, que también existe la posibilidad de usar los espejos de pie que esconden los joyeros o incluso zapateros, un elemento más que útil y versátil para habitaciones o baños, que además ofrece posibilidad de almacenaje mientras agranda el espacio gracias a sus propios reflejos.