GETAFE/Entrevista (27/06/2018) – Es un “enfermo del consenso”, de la palabra mesurada y tranquila en unos tiempos de política histriónica y cambiante; un hombre analítico, comprometido con sus ideales y con el trabajo que ha desarrollado en los últimos años en la Asamblea de Madrid. Es por eso que no dudó: volver a ser el candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad era el final más natural para Ángel Gabilondo. En un tiempo de primarias que se convierten en guerras civiles en el seno de los partidos, Gabilondo ha despertado el más amplio consenso en la militancia socialista: no hubo rival enfrente. Ahora comienza su carrera para 2019 y GETAFE CAPITAL se sienta a charlar con él sobre Política: con mayúsculas.
No suelo mirar mucho las ganas, no suelen faltarme. Más bien hay que buscar si hay buenas razones y buenas convicciones para hacer algo. Se dan circunstancias tan singulares que pensar que puedan valer las experiencias de una vez para otra es equivocarse. Yo lo tomo con toda la energía, como si fuera la primera vez.
Parecía que era un desenlace natural de lo que han sido estos años. Cuando llegué aquí se decía que no iba a durar tres días. Y he mostrado que hay un compromiso real de estar aquí, comprometido por y para Madrid. Iban dándolo como por supuesto. Te queda marcharte, pero hubiera sido muy extraño, hubiera sonado casi a espantada. Estoy satisfecho porque haya habido tanto consenso.
Lo que sí es cierto es que todo va a mucha velocidad. Pero a menos de lo que parece. Los cambios profundos, las acciones profundas… lo que hay es mucha agitación. Aunque es verdad que en la política en poco tiempo han pasado muchas cosas, lo suficiente como para andarse con precauciones con los pronósticos sobre lo que va a pasar dentro de un año. Hay un tiempo personal, de tener la serenidad de estar en una cosa con coherencia, sin ansiedad. Yo voy a defender con mucha fuerza y mucha pasión lo que creo y lo que cree el partido socialista.
Fue posible. Se cuidaron mucho de que no llegara a debatirse. Cuando la expresidenta dio razones de por qué dimitía aludió muy explícitamente a la moción de censura y al ‘peligro’ que eso suponía, aunque yo no comparto esa idea del peligro. Iba a venir otra cosa, y eso sí le inquietaba.
Lo que está claro es que la política tiene mecanismos parlamentarios para defender lo que uno cree. Primero que comparezca y cuando vimos que las razones que daba no satisfacían lo que nosotros creíamos que era dar un relato verosímil lo que hicimos fue presentar la moción de censura.
A la hora de la verdad, en el último momento, no. Cuando se empezó a configurar el equipo ministerial no me tanteó en modo alguno. Antes de eso hemos hablado varias veces de cuáles son los planes que tiene el PSOE para Madrid, y siempre quedó muy claro que yo estaba por Madrid, por la Comunidad de Madrid. Era lo coherente después de haber estado aquí los últimos años.
Me ha parecido un acierto: por una parte la incorporación en puestos de enormes responsabilidades de las mujeres, cosa que socialmente era casi un clamor, una necesidad. Me ha gustado el europeísmo de la propuesta; que sean profesionales, personas con competencia; me ha gustado la capacidad de reacción cuando han venido algunas complicaciones. Y una más: el hecho de que haya sido muy leal al partido pero no se haya hecho un equipo partidista o sectario; es un equipo abierto, plural, que puede dar cuenta de la nueva sociedad en la que estamos.
No soy muy joven por decirlo finamente. He vivido una vida que donde he estado he demostrado mi compromiso social, político y público. Y no he sentido la necesidad de afiliarme a ningún partido político. Ahora no me entendería a mí mismo. Prefiero pensar que si fui llamado como soy, me quieren como soy. Tiene más que ver con la coherencia de una vida que has vivido… y a estas alturas yo no me afilio muy fácilmente a casi nada.
Creo que para Madrid va a haber candidatos con entereza, posibilidades y que los partidos se van a ocupar mucho de tenerlos. Errejón representa también algunas cosas que tienen que ver mucho con la emergencia de personas jóvenes, con buena formación y que serán decisivos en la transformación política del país. Es una persona que en cosas que tienen que ver con el compromiso de asuntos públicos, de emergencia social… puedo tener muy buenas coincidencias. Nosotros no somos Podemos: somos el Partido Socialista, con una entidad distinta, con un programa distinto… Es un interlocutor, pero como soy un enfermo del consenso, yo espero que sean buenos interlocutores todos.
Todos. Si están a la altura de sus palabras lo tienen que ser. Están hablando de regeneración, de nueva política, y espero que el candidato que fuere esté en esa altura. Y no sea un candidato escorado ideológicamente de tal modo que no quiera saber nada luego a la hora de la verdad de la transformación de Madrid. Madrid necesita una transformación.
En Getafe se está haciendo un esfuerzo con eso. Es decisivo, también para empezar, que se potencie la FP en igualdad de oportunidades. Uno de los temas graves es el paro juvenil, la falta de oportunidades para la gente más joven. Si añadimos a eso el problemón de la vivienda, que en Madrid es un drama, si unimos que se está haciendo una burbuja del alquiler y que los pisos turísticos están generando una especie de competencia donde suben los precios… Nos tendremos que entender todos, porque si no hacemos de esto una prioridad, se nos dirá que para qué estamos aquí.
Se ha sofisticado muchísimo la brecha. No solo es norte-sur, que no digo que no la haya, hay barrios en el propio Madrid donde hay mucha pobreza y hay una desigualdad territorial entre municipios de Madrid extraordinaria, y por eso lo que era una brecha, que lo es, ahora es una red de desigualdad. Hay pobreza muy silenciada también en el corazón mismo de Madrid: mucha soledad, en personas mayores que viven en pisos sin ascensor en el centro de la ciudad. O comprendemos que la lucha contra la pobreza y la desigualdad es estructural y necesita políticas estructurales o estamos perdidos.
Estamos en un impás incómodo. Lo que hay que pedir es que el Supremo fije las penas que tienen que cumplir cuanto antes y que las cumplan. Han salido de la cárcel y eso produce una conmoción social, porque muchos creemos que ahí ha habido no solo abuso, sino agresión, indefensión por parte de la víctima y en modo alguno consentimiento. Y por lo tanto nos sentimos estupefactos con la condena. Y ahora supone un nuevo trastorno social el hecho de verles por ahí con fianzas de 6.000 euros. Es cierto que no pedimos otra palabra que justicia, y eso incluye una formación determinada de los jueces, y una visión de género en la justicia y en los jueces. Las mujeres han venido con su discurso para cambiarlo todo. El que no lo entienda, no ha entendido nada.
Me agrada que Getafe haya ampliado la cesión de terrenos para el CEAR y eso significa un modo de concebir las cosas. En caso de emergencia lo primero es la acogida inmediata y dejarnos de debates. Pero la política migratoria en España tiene que estar más articulada. Y la política migratoria europea es un desastre, un horror: nace de la voluntad de quitarse de encima el problema. Europa necesita otra política migratoria y espero que los parlamentarios españoles y el propio presidente del Gobierno que sé que está trabajando para vincular a los países europeos, logren cambiar la política migratoria.
Getafe es un gran municipio. Hace poco he estado por allí en la presentación de un libro. Una ciudad que empezó a ser grande como aluvión de personas que venían de otras comunidades pero se ha asentado con toda contundencia y ya son los hijos, e incluso los nietos los que se han imbricado en el municipio. Getafe también tiene un proyecto de ciudad de progreso y yo lo veo con buenos ojos y buenas expectativas. Es una ciudad importantísima en ese conglomerado de ciudades de primera magnitud que conforman la zona. Veo con ilusión, el hecho de que haya una mentalidad de progreso con la alcaldesa Sara y yo espero que esa tarea permanente se consolide cada día con más fuerza..
¡Yo soy muy malo para que me escriban cartas! Iremos todos hablando de problemas compartidos. La política tiene que ocuparse de lo común, que no es algo abstracto, es el lugar donde coinciden necesidades compartidas y es cierto que hay que escuchar a cada ayuntamiento, a cada municipio. Yo no soy nada más que un candidato y como tal lo que tengo que hacer es escuchar muchísimo para hacer un programa, un proyecto realista. Hay peligro entre hacer un discurso y un programa y yo ya sé distinguir entre una cosa y otra.
Para Gabilondo “no ha pasado nada irreversible” en las políticas educativas en la Comunidad, pero sí está preocupado por las consecuencias que han podido tener. “Los que se hayan podido quedar por el camino o el daño en aquellos que han tenido menos oportunidades. La situación políticamente es reversible, pero la política deja también sus víctimas en el camino. Han fallado en algún asunto decisivo: la lucha contra la desigualdad, la igualdad de oportunidades y la defensa de los servicios públicos”. Algunos aspectos a destacar:
Bilingüismo
Lo que hay que hacer es evaluarlo bien. No estamos en contra de que se aprendan dos o tres idiomas: al contrario, nos parece imprescindible. Pero según se ha implantado no ha colaborado en la igualdad de oportunidades, ni por los recursos, ni por el modo que se ha hecho, no ha favorecido la inclusión. A veces lo que ha hecho es propiciar una mayor exclusión. Si vamos a hacer un plan de bilingüismo vamos a hacerlo de verdad.
Construcción por fases
Tiene que haber un modelo que no sea este. Los chicos tienen que vivir durante un tiempo en centros que no reúnen las condiciones: las salas de deportes o la biblioteca, no son ornamentos del centro, son consustanciales a un centro educativo. Yo no suelo ser simplista y menos en estas cosas, pero sí van a ser programadas y establecidas las prioridades. Al ir construyendo centros, parece que estamos más preocupados de una supuesta excelencia de unos, a costa de que haya poca oportunidad en otros, y ese no es el modelo que nosotros defendemos.
Religión en las aulas
España es un país aconfesional, y si vamos a hablar de religión, tendremos que hablar de religiones. A veces no se habla de religión, sino de catolicismo. Laicismo significa tolerancia y comprensión a las opciones religiosas de unos y otros. Pero lo que no me parece sostenible es que sea una materia evaluable, del currículum, de ninguna manera. Cuando hablamos del pacto educativo nunca pensamos que la religión tuviese que ser una materia que esté en el currículum influyendo en la calificación final.
Educación concertada
No es un debate sobre educación concertada sí o no. El concierto es un acuerdo con un centro existente cuando no hay otra posibilidad. No es la cesión de un terreno para luego hacer un centro ya concertado. Eso es una perversión del asunto. Primero tienen que ser gratuitos, y lo subrayo con tres rayas, porque si no se pervierte el concierto; y no creo que pueda asegurarse que los centros concertados son gratuitos de hecho. Se paga a una fundación, una actividad extraescolar… La inclusión: la mayoría de chicos que vienen de otros países están en centros públicos; las chicas y chicos que tienen necesidades especiales de escolarización, están la mayoría en centros públicos. Pero si luego no hay recursos y medios para atenderlos bien, para hacer enseñanzas diferenciadas, o tutorías… pues se ve afectada la educación pública. Lo que se está es favoreciendo indirectamente la educación privada. Es así de claro. La concertada la necesitamos: pero tenemos que ser muy exigentes. Que cumplan exactamente estos criterios que hemos señalado. De no ser así daremos algunas pataletas.
Angel
11 julio, 2018 at 0:04
Basta leer el titular de la entrevista a Gabilondo para darse cuenta de las bobadas que pueden decir los politicos y, todo ello, para tratar de hacer ver que las mujeres, cuyo voto pretenderá en un futuro, son , dice, «las que, con su discurso, han venido a cambiarlo todo». Pero por qué tienen que decir siempre estas patochadas. Las cosas han cambiado porque todos, de una manera y/o de otra, hemos contribuido a que esto vaya cambiando (no siempre para mejor).