GETAFE/Varios (18/06/2018) – El agua es un recurso limitado y además esencial para la vida. Por eso es importante cuidar la calidad del agua que puede verse afectada por agentes infecciosos, productos químicos tóxicos o radiaciones. Entre los más peligrosos está la legionelosis, una enfermedad ocasionada por una bacteria y que cursa con niveles de gravedad variable: puede ir desde un síndrome gripal leve, hasta una neumonía grave que puede ser mortal. No existe vacuna.
«La forma más común de transmisión de la legionella es la inhalación de aerosoles contaminados, producidos en conjunción con pulverizaciones, chorros o nebulizaciones de agua. La infección también puede tener lugar a través de la aspiración de agua o hielo contaminados, sobre todo en pacientes hospitalizados vulnerables», explica la Organización Mundial de la Salud. Es por esto que es especialmente importante revisar la calidad del agua de sistemas de aire acondicionado y distribución de agua, humidificadores y jacuzzis, entre otros.
La limpieza, desinfección y mantenimiento periódico de estos elementos es fundamental, contando además con laboratorios de prestigio que puedan realizar análisis exhaustivos de la presencia de esta y otras bacterias a través de estudios microbiológicos del agua. «Dependiendo del uso de esa agua se determinarán distintas grupos de bacterias, es decir las que nos marcan las normativas vigentes para análisis de aguas potables, residuales, piscinas, etc», explican desde Laboratorios Omega. «De la identificación correcta de algunas de las bacterias que marca el decreto de aguas potables podemos evitar algunas enfermedades, fundamentalmente infecciones bacterianas del intestino».
Así, la rapidez en la intervención y un análisis de calidad, siempre respetando los plazos mínimos de incubación de cada bacteria (en el caso de la legionella se requieren hasta 13-16 días)son fundamentales para atajar cualquier problema. No hay zonas libres de incidencia de la legionella: en Europa, Australia y Estados Unidos, se detectan sobre 10 a 15 casos por cada millón de habitantes al año.