GETAFE/Varios (03/05/2018) – A nadie se le puede reprochar que cuando visitan países como Tailandia y observan sus paisajes piensen que el Paraíso, si existe, debe de ser algo parecido a esto que contemplan con verdadero deleite y éxtasis. Pero no todo fue paradisíaco. Como todos tienen una historia que fue forjando el carácter de un pueblo. Porque el reino de Tailandia se caracteriza por unas gentes amabilísimas y encantadoras, que en un viaje siempre es de agradecer. Aparte de que hay que verlo todo, y comerlo porque la gastronomía es un atractivo suficientemente fuerte como para constituir una razón de viajar allí por sí misma, siempre existen aquellos sitios y lugares imprescindibles que no se pueden perder. A su llegada al país con forma de cabeza de elefante posiblemente les reciban con el saludo “wai”, manos juntas delante del pecho y una ligera inclinación de cabeza; y cuanto más altas se encuentren las manos mayor es el respeto.
En un lugar como este atractivos encontrarán muchos, y también tiene, por supuesto, sus “barrios rojos” de Bangkok, las zonas de Soi Cowboy y Nana Plaza. No cabe duda que es una ciudad que nunca duerme. Como en todos los destinos donde el turismo alcance niveles realmente sorprendentes y hasta de masificación, siempre existen algunos riesgos que se conocen, se pueden prever y no deben impedir una viaje que será sin lugar a dudas inolvidable.
Pero donde de verdad empezarán a pensar en el paraíso, en no volver, quedarse para siempre y deseos similares, es cuando visiten sus playas. No es de extrañar que hayan sido elegidos para tantas películas que se han rodado en ellas o que han formado parte del filme en algún momento. Como tampoco será raro que ustedes se formen su propia idea observando ensimismados semejante paisaje. Algo similar les sucederá cuando conozcan sus islas y naveguen entre ellas. Sabrán que el paraíso también es mar.
No retrasen su visita a este Edén que aún queda y preparen sus vacaciones para disfrutar de ellas y recordarlas siempre.
Visiten 7 playas de Tailandia y encontrarán el motivo que les falta para disipar su última duda. Volverán con el deseo de haberse quedado.