GETAFE/A fin de cuentas (09/05/2018) – Getafe se viste de fiesta. Ya se huele en el ambiente, ya se siente. La ciudad se prepara para su momento. Las barras, las casetas, los conciertos (confieso que tras un primer momento de decepción en el que esperaba algún nombre impactante, le he ido cogiendo gusto al cartel), y el buen ambiente estarán ahí. Hay ganas de soltar adrenalina, de dejar ya escapar este invierno cuasi eterno que nos ha acompañado.
Pero una no puede evitar sentir un escalofrío: es en las fiestas donde las mujeres se vuelven más vulnerables. Y aún resuena en mis oídos la sentencia contra La Manada y la sensación de que tras ese momento estamos aún más desamparadas. Que seguimos sin poder torcer la visión machista que sigue poniendo el foco en las víctimas en lugar de en los agresores. En estas fiestas, más que nunca, NO ES NO. Y a pesar de todo, sea lo que sea, #Cuéntalo: el silencio es nuestro mayor enemigo. No estás sola.
Las fiestas son apenas un paréntesis en las reivindicaciones y en la preocupación que tienen también los padres de los niños que se van a matricular en los centros educativos que hoy son un montón de tierra, apenas cimientos de un edificio que debería estar disponible en septiembre, pero que la lógica (y la experiencia) dice que una vez más llegará tarde. ¿Y cuál será la alternativa? ¿Otra vez niños desplazados? Llevamos meses advirtiéndolo y que las máquinas estén en movimiento no aplaca la sensación de que una vez más nos la han vuelto a jugar. Y nuevamente las víctimas serán el eslabón más débil: los niños que no tendrán sus centros disponibles, o tendrán que convivir con obras.
La Comunidad de Madrid llega tarde: una y otra vez. Hasta para buscar recambio a Cristina Cifuentes. Prolongaron su agonía durante más de un mes antes de darle la puntilla final. A Cifuentes la habían desahuciado y nos quedaremos sin saber hasta dónde hubieran llegado si no hubiera hincado la rodilla.
Y a pesar de todo, bailemos, riámonos, disfrutemos de estas fiestas. Pero al día siguiente volvamos a salir a la calle a defender lo nuestro.