GETAFE/Rincón psicológico (11/05/2018) – El termino responsabilidad, según la Real Academia de la Lengua, hace referencia a una capacidad de cada sujeto para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente, haciendo especial referencia al hecho de ser capaz de asumir las consecuencias, tanto positivas como negativas, de nuestros actos.
La responsabilidad aporta numerosas ventajas a las personas: nos permite tomar las decisiones más adecuadas y asumir las consecuencias de éstas; hace de nosotros personas más fiables ante los demás; adoptamos valores y nos hace más honestos.
Una de las quejas más frecuentes de los padres en las consultas de psicología infantil, es la dificultad que encuentran para que sus hijos adopten responsabilidades en su vida cotidiana. Sin embargo, es posible. Os proponemos algunas pautas para fomentar la responsabilidad en los niños:
Cuanto antes mejor: el sentido de la responsabilidad se debe entrenar lo antes posible, dejando que los niños vayan adquiriendo responsabilidades acordes con su edad. Los niños deben saber desde pequeños que es lo que pueden tocar o no, que debe recoger sus juguetes, recoger su ropa o preparar su mochila… Es posible también permitirles que se hagan cargo de una planta o de una mascota que no necesite cuidados especiales (como por ejemplo un pez o una tortuga)
Atribuir responsabilidades a nuestros niños, implica confiar en ellos y dejarlos actuar con autonomía
Sentirse seguros es un factor importante para que los niños adquieran responsabilidades. Para ello, es necesario que los niños tengan límites claros que les permita saber que es lo que se espera de ellos en cada momento. Estos límites, además de ser claros, deben ser duraderos en el tiempo.
Permitirle tomar algunas decisiones: los niños que aprenden a tomar pequeñas decisiones se sienten más seguros, tienen mejor autoestima y son más independientes, con lo cual son capaces de asumir mejor sus responsabilidades.
Permítele que asuma algunas tareas del hogar: supone una buena estrategia para que los niños comiencen a asumir responsabilidades. Además, los niños se sienten importantes y valorados al sentir que están ayudando a sus padres, lo cual mejora su autoestima.
No realices aquellas tareas que le han sido asignadas: en ocasiones podemos realizar aquellas tareas que hemos decidido que nuestros hijos llevaran a cabo, ya sea porque vamos con prisa y nosotros podemos realizarlas más rápidamente que ellos o porque consideramos que no está hecho todo lo bien que debería. Este tipo de comportamiento, lejos de ayudar a nuestros hijos, puede perjudicarles, ya que podemos caer en la sobreprotección, dificultando así su capacidad para responsabilizarse de sus actos.
Valora sus conductas responsables. Estas tenderán a repetirse.
Recuerda, además, que los niños aprenden de todo aquello que ven y les rodea y los padres sois el mejor ejemplo y el espejo en el que se miran vuestros hijos.
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