GETAFE/Varios (03/04/2018) – Según los últimos estudios, una boda española cuenta con un presupuesto medio que ronda los 20.000 euros y unos 130 invitados. Pero eso no la caracteriza como algo típico de nuestro país.
Si se piensa en una boda americana, viene a la mente un despliegue de colores, fiesta y exceso que nada tiene que ver con pensar en una boda hindú.
Pero, ¿qué detalles de boda necesita una ceremonia para decir que es típicamente española?
Para empezar, nuestro territorio tiene mucha variedad de contrastes, lo que hace que cualquiera que quiera casarse en nuestro territorio pueda encontrar el rincón perfecto no solo para la ceremonia sino para la celebración y los productos autóctonos que ofrecer.
Desde una ceremonia ibicenca, con celebración en la playa, el predominante blanco, y platos en los que también se note la gastronomía balear, pasando por espectáculos al más puro estilo chill out con unas vistas y un atardecer que dejará a los invitados enamorados del entorno. Si a eso se suman los detalles, cada vez más sofisticados y que pueden pasar incluso por miniauras de acite de oliva como colofón.
Pasando por una boda más rural, donde el campo, los sembrados e incluso la naturaleza son protagonistas para disfrutar de lo más arraigado de nuestro territorio, la agricultura. Cada vez son más los contrayentes que prefieren acercarse a los sembrados, de lavanda, de naranjos, de pimentón de la vera o incluso de vides para disfrutar de un entorno arraigado a la tradición más ancestral. Conseguir celebrar la fiesta rodeados de este tipo de entorno hace aún más inolvidable y original el día.
Estos son solo unos ejemplos, porque hay muchos más. Teatros, cines, bosques, viveros o incluso castillos son las tendencias que llevan unos años triunfando en la temporada de bodas. Porque aunque no lo parezca, cada pareja que decide dar el paso pretende con su unión también mostrar quiénes son a sus invitados. Y eso se consigue gracias a la personalización de los detalles. A los gourmets, llevarse a casa unos iberitos siempre les gusta y les hace recordar el enlace.
Y de eso se trata, de hablar de uno mismo. No hace falta disfrazarse de lo que no se es ni hace falta acatar los dictados tradicionales. Las opciones, según los wedding planners son tan amplias como contrayentes existen. Cada uno tiene una personalidad, una forma de entender su celebración y un estilo que debe mantenerse y reflejarse en lo que será uno de los días más importantes de su vida.