GETAFE/Look total (13/04/2018) – Ya queda atrás la Semana Santa, volvemos a estar de nuevo en la rutina, espero que fuesen unos días para el recuerdo. Hoy vengo con un post diferente, pasé 3 días en Ámsterdam y os traigo mi paso por allí con recomendaciones y tips, un poco de lifestyle, por si está entre vuestros planes esta escapada o por si os animáis a planearla.
Como siempre lo primero de todo al llevar maleta de mano, es preparar esos looks con los que patear la ciudad. En días de frío y posibles lluvias sin duda lo primero en lo que tenéis que pensar es en unas botas (que sean cómodas), y un buen abrigo, que eso nunca sea un impedimento para recorrer cada esquina de la city. Yo siempre llevo unas botas puestas, ya que pesan y ocupan mucho, y otras de repuesto, que nunca se sabe. Si veo que me caben, meto unas zapatillas tipo converse o vans.
Ámsterdam: por todos es conocida como un destino de lo más variado y dinámico, su fama como la ciudad de la diversión la hace muy popular (sobre todo entre los viajeros más jóvenes).
El primer día, nada más llegar al aeropuerto lo primero fue coger un ticket sin límite para el transporte público (cuidado porque no admiten billetes, solo monedas, por lo que llevar tarjeta visa/de crédito/débito es uno de los tips más importantes). Valen tanto como para tren, tranvía y bus por lo que el ahorro es total, solo deberás de acordarte de validarlo al entrar y al salir de cada transporte para que tu dinero no siga corriendo.
Después de dejar las maletas en el hotel, nos pusimos a patear. Este día nos tocó el centro de Ámsterdam, anduvimos desde la estación central (precioso edifico) por la calle Damrak hasta la Plaza Dam, sin duda el punto central de la ciudad, llena de turistas y holandeses que la eligen como punto de encuentro. Allí se encuentra el Palacio Real (Koninklijk Palace), a su lado el museo Madame Tussauds, el museo de cera más famoso del mundo y justo enfrente de la plaza encontrarás la conocida estatua National Memorial. Seguimos pateando la calle y llegamos a la oficina de Tours&Tickets (claramente de las mejores de la ciudad donde te hacen descuentos para excursiones, entradas a museos y todas las actividades que puedas desear, además siempre con idioma en español y más baratas que las demás), cogimos nuestras entradas y seguimos para ver el mercado de las flores, el museo de la tortura y comer unas de las famosas patatas en cono. Ese día ya que hacía buen tiempo cogimos unas de las barcas que te hacen el recorrido por los canales, muy recomendable, la esencia de la ciudad desde la lancha se aprecia al instante (y con explicación en español). Al terminar en crucerito volvimos a patear por puentes, calles, visitando tiendas, y bares típicos donde probamos cervezas del país, hasta que nos llegó la hora de entrar al Ice Bar, a -10grados (otra actividad muy divertida que puedes hacer, te dan un cóctel a la entrada y después en el bar de hielo 2 consumiciones, abrigo y guantes). Por la noche comimos en la Rembrandtplein, o la Plaza de Rembrandt, con un ambiente muy agradable, muchos restaurantes, hoteles y comercios.
Al día siguiente lo dedicamos a museos. Fuimos en tranvía hasta Museumstraat, la palabra Rijksmuseum significa Museo Nacional, donde están todas las pinturas de los maestros holandeses del barraco. Luego el museo de Vincent Van Gogh (mi preferido) y las famosas letras de I AMSTERDAM que es foto casi obligada, pero ármate de paciencia o ve muy temprano. Recorrimos el VondelPark, uno de los parques más grandes y famosos de Ámsterdam, donde puedes ver una zona con iguanas. Volvimos al centro de la ciudad para ver la casa de Ana Frank (si queréis visitarla tenéis que sacar las entradas por internet o hacer una reserva, sino no admiten visita, hay mucha cola), seguimos pateando calles y calles, la Plaza Liedseplein (con muchos restaurantes y bares donde aperitivar bien de precio), y cuando nos llegó la hora nos fuimos a la Heineken Experience (otra actividad que merece la pena, y que tiene un final muy divertido 😉 que no desvelaré). Para terminar el día nos fuimos al Barrio Rojo, donde cenamos, tomamos algo y disfrutamos del ambiente de la zona (muy digno de ver), es una zona divertida y con gente por todos los lados, además se cena barato y hay donde elegir.
El último día lo dedicamos a pueblos cercanos, cogimos un bus desde la estación central hasta Zaanse Schanse (donde están los molinos, que para mí fue algo de lo más bonito) y Volendam, el pueblo del queso, entrañable, bonito, con miles de tiendas con degustaciones gratis, exposiciones y gente de lo más amable. No nos dio tiempo a ir a Marken ni al jardín de los tulipanes Keukenhof que estaba aún cerrado ya que abre desde el 22 de marzo, pero sin duda serán visita obligada para la próxima vez.
Y otra vez sin darnos cuenta estábamos volando de vuelta a casa.
Como no, os dejo mis looks para los 3 días de viaje, donde siempre intento mezclar las tendencias, mucha comodidad y que se adapten al clima.
¡Hasta pronto!
[Y siempre, siempre… diviértete combinando]
“Viajamos no para escapar de la vida… sino para que la vida no se nos escape”