Por Laura de Toledo Congosto, psicóloga y sexóloga el 5 abril, 2018@GetafeCapital
GETAFE/Rincón psicológico (04/04/2018) – Cada persona tiene un mapa sexual único y particular ¿Ya conoces el tuyo? Empecemos por el principio. ¿Qué es un mapa sexual? Cierra los ojos, visualiza y piensa en tu cuerpo, como si fuera un territorio sin explorar. Ahora necesitas una guía para recorrerlo. ¿Cuáles son las zonas que más te gusta estimular? ¿Todo tu cuerpo reacciona igual? ¿Dónde se aceleran tus pulsaciones? Tu mapa sexual es esa visualización de tu cuerpo donde hay zonas frías, zonas templadas y zonas calientes, tantos colores y tantas gamas como tu quieras o puedas imaginar.
Pregúntate: ¿Cómo es mi mapa sexual? Atrévete a indagar y descubrirlo.
Disfrutar de tus relaciones eróticas depende del conocimiento que tengas sobre ti mism@, nadie puede conocerte mejor que tú, tus sensaciones, emociones y por supuesto tu cuerpo. Te proponemos algunas claves para identificar y elaborar tu propio mapa sexual:
La piel : el órgano sexual más grande del cuerpo, toda la piel tiene terminaciones nerviosas y puedes disfrutarla con caricias, besos, mordiscos… Descubre donde prefieres tocar y qué tipo de estimulación prefieres.
El cerebro: el centro de operaciones, la imaginación, las fantasías nacen aquí, las interpretaciones y estimulaciones llegan hasta tu cerebro, lo despiertan y éste retroalimenta el placer en tu cuerpo.
Experimenta con los sentidos:
La vista: Mirar, observar, utilizar un espejo, una luz adecuada… Ver las expresiones de la cara y un cuerpo desnudo o con una ropa estimulante.
El oído: escuchar una respiración, un gemido, el latido del corazón…atiende a tu cuerpo. Por supuesto el oído puede recibir estimulación externa, por ejemplo música o hablar con tu pareja sexual y decirle lo que te gusta.
El tacto: tocar y sentir ya sea a través de las manos o de la propia piel, el roce, las caricias, frotarse o agarrarse puede ser muy estimulante.
El olfato: oler y respirar sobre el cuerpo, utilizar un perfume que te guste, oler el cuello o la parte de detrás de las orejas, los olores corporales o una vela puede despertar nuestro erotismo.
El gusto: Disfrutar de los sabores y utilizar la boca, tus dientes labios y lengua para saborear todo el cuerpo puede resultar muy excitante
Zonas con más terminaciones nerviosas: los pezones, los glúteos, los pies, las orejas… Utiliza sus sentidos para estimularlas, huele, acaricia, mira, muerde…
Los genitales: Muchas personas centran únicamente en ellos sus relaciones sexuales, perdiéndose muchas posibilidades. En los genitales se concentran lugares con mucha sensibilidad como los testículos y el glande en los hombres y el clítoris, los labios y la vagina en las mujeres.
Las posibilidades son infinitas, tan grandes como tú te atrevas a explorar. Tu mapa sexual seguramente cambie a lo largo de la vida, y no sólo eso depende de ti, de tu pareja, de los encuentros eróticos y de cómo sea la estimulación de las diferentes zonas. Conocerte te ayudará a disfrutarte más.
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